Hombre: cuando la mujer desencadene una discusión o una crisis, si no sabes cómo resolver la situación, pon en práctica los 3 pasos siguientes:

1. NO HAGAS LO MISMO QUE ELLA. Lo primero es mantenerte recto, sin abandonarte al descontrol. Si la mujer asume una actitud de discusión, no asumas tú esa actitud. Cruza tú por encima del absurdo de tu ego y del de ella, y dale amor, amor auténtico ―si lo buscas dentro de ti, lo hallarás. Sé hombre y recibe esa avalancha de emociones femeninas, que nada te va a pasar ―como no sea algo muy bueno al final. A ti como hombre te corresponde recibir esa avalancha, porque hacer eso es una capacidad natural que tienes. Si todavía no habías desarrollado estas cualidades, pues comenzar a activarlas ahora.

2. CALLA Y ESCUCHA ATENTO Y SERENO. Haz lo más difícil de hacer en esa situación: calla y escucha atento a la mujer. Pero escúchala de verdad, porque ella lo necesita. Debes comprender que no se trata del tema de la discusión, sino de una carga de desamor que ella ha llevado dentro demasiado tiempo. No es un mal síntoma que ella se ponga a sí. Este tipo de carga emocional negativa ella la lleva dormida adentro, hasta el momento en que la aman realmente. Escucha con atención, porque recibirás de ella mucha más información que la que dice con palabras: si la escuchas, recibirás el mapa secreto de su corazón.

3. ABRE EL CONTACTO CORPORAL. Y luego de que la hayas escuchado lo suficiente ―sabrás cuando ha llegado el momento, porque el estado de ánimo de ella empieza a cambiar para bien―, entonces sí sal de tu silencio atento y sereno, y háblale con amor real, abrázala con amor, acaríciala con amor, e incluso, si llega el caso, hazle el amor ―pero házselo bien. Si logras cruzar por encima de tu propio ego y del de ella, y logras darle amor, verás salir un sol que nunca habías visto.

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¿QUÉ SIGNIFICA DAR AMOR EN UNA CIRCUNSTANCIA ASÍ?

Ahora ya sabes los 3 pasos para manejar la crisis, que es lo mismo que dar amor en una circunstancia aparentemente poco propicia a ello.

Manejar la situación de crisis se basa en los 3 pasos que acabamos de ver: 1. No ceder a tu propio impulso de discutir, 2. Callar y escuchar con atención real, y 3. Hacer contacto corporal.

Esto se dice fácil, pero no es tan fácil de lograr. Puede que haya que superar algunas barreras de comunicación. Por eso, no seas mecánico al poner esto en práctica: sé auténtico. Escucha a tu propio corazón, confía en ti mismo, para que sepas el ritmo natural que corresponde en cada momento.

Y un detalle importante es: si alguno de estos pasos te resulta especialmente difícil o inaceptable, no es porque sea imposible de hacer sino porque es un punto débil al que tendrás que dedicar mayor atención y trabajo.

ELLA NO NECESITA QUE LE EXPLIQUES SINO QUE LA AMES   

Alguien dijo una vez que la mujer no necesita que la entiendan ―al menos no en sentido racional―, sino que necesita que la amen. Esto es bastante cierto.

El único argumento incontestable para la mujer es el amor, y ningún otro argumento que le expliques discutiendo o que le impongas con palabras la va a convencer de nada ―incluso si ella no tiene la razón. Aunque pueda parecer lo contrario, con toda frecuencia es la mujer quien inicia una discusión. Pero no es por el aparente tema que ella discute, sino porque necesita liberarse de la carga emocional profunda que ella ha llevado dentro. La mujer es un ser exquisito, y no se la puede desamar tanto tiempo sin que eso traiga consecuencias.

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CADA MUJER ES UN MUNDO… O VARIOS MUNDOS

Cada mujer tiene muchas maneras de crear crisis ―porque la mujer, como la Luna, tiene fases que van cambiando a lo largo de su ciclo sexual: es distinta sin dejar de ser la misma. Y cada crisis aparentará ser intensamente específica.

Pero lo cierto es que hay un sólo motivo debajo de toda crisis: el desamor. O lo que es lo mismo: la necesidad de amor. Y téngase en cuenta que para la mujer el amor y el sexo no son distintas experiencias. Esto no significa que para la mujer el sexo sea idéntico que el burdo sexo actual. Más bien todo lo contrario. Significa que el sexo debe tener la cualidad suprema del amor sin dejar de ser poderosamente profundo y multiorgásmico.

Cada mujer en crisis es distinta. Al crear una crisis, algunas mujeres gritan, otras lloran, otras llegan a la histeria, otras hacen todo esto junto. Pero no necesariamente tiene que ser así. Algunas mujeres discuten con más parsimonia, otras argumentan sobre algo, otras sólo se declaran víctimas de algo, y las hay que bajo una apariencia de normalidad realizan descargas emocionales negativas.

Todo depende de su carácter, de su temperamento, de su educación, de su grado de desesperación, del momento de su ciclo sexual en que ella esté, etcétera. Incluso la misma mujer puede hacerlo de modo distinto según el día o el momento. Pero todas estas modalidades de crisis son apariencias del mismo problema.

BUENA COMUNICACIÓN = BUEN SEXO

La comunicación de pareja es un mapa de la relación sexual. Tal como vaya la comunicación, así va el sexo. Si resuelves problemas de comunicación, estarás abriendo las puertas del buen sexo, y viceversa.