La fotografía que aquí presentamos habla de los equivalentes nutricionales de una eyaculación ―según datos aportados por el maestro taoísta Chian Zettnersan en su libro Los secretos de la sexualidad taoísta.
Aunque el autor no declara la fuente de esos datos ―e incluso si los asumimos como una metáfora―, lo cierto es que representan muy bien el tremendo agotamiento que la mayoría de las veces provoca la eyaculación en el hombre: agotamiento físico que con frecuencia le pone a dormir, y agotamiento sexual que le impide continuar haciendo el sexo.
Con esta imagen no nos proponemos dar un argumento a favor o en contra de si “el semen es un buen alimento”. La absurda pregunta de si “es bueno o no tomar semen” es simplemente un subproducto de la pornografía, del falocentrismo del hombre y de su pobre condición contemporánea de “animal inseminador”.
Las mujeres no debieran seguir dejándose engañar por esas tonterías ―tan abundantes hoy en Internet― de si “les conviene o no tomar semen”, y debieran mejor interesarse en el hecho real de que su hombre aprenda a mantener bajo control la eyaculación, porque eso es sinónimo de placer intenso, orgasmos múltiples y amor verdadero.
En cualquier caso, los datos de la foto no se refieren a que tragarse un eyaculado equivalga a consumir todos esos alimentos ―decir eso es una tontería.
Para más detalles sobre estos temas, recomendamos nuestro artículo Todo lo que (te) pierdes al eyacular.
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