Tabla del Tao de eyaculación recomendada según la edad

La tabla del Tao de eyaculación según la edad es una herramienta muy valiosa, tanto para aprender a hacer bien el sexo como para mantener la buena salud. En este artículo te ofrecemos la tabla del Tao de la frecuencia de eyaculación adecuada para cada edad, así como una manera alternativa de calcular tú mismo cuál es la frecuencia de eyaculación que te conviene según tu propio organismo, de manera que mantengas la salud y cultives en la base esa química sexual que conserva la magia entre tu pareja y tú.

En general conviene reducir la frecuencia eyaculatoria, tengas la edad que tengas. Pero la buena noticia es que eso no significa que tengas que hacer menos el sexo, sino todo lo contrario. Gracias a la economía de semen, podrás hacer el amor con mucha más frecuencia, y nunca tendrás problemas de erección ni de eyaculación antes de tiempo. En este escrito, además de la tabla del Tao con la frecuencia eyaculatoria recomendada, te daremos algunos conocimientos sexuales que te serán muy útiles para poner en práctica lo que la tabla sólo sugiere o propone.

El control de la eyaculación en el Tao es un arte milenario, tan milenario como el propio taoísmo mismo. El mundo occidental ha conocido este gran arte del manejo seminal sobre todo a través del erotismo oriental (mediante el Tao Sexual, aunque también mediante el Tantra, el Vajrayana y la Kabbalah). Pero lo cierto es que el arte del control de la eyaculación también se conocía en América precolombina, en el antiguo Egipto, en algunas zonas del Mediterráneo, en Mesopotamia, y en otras regiones.

Hoy en día algunas personas conocen o intuyen que el control de la eyaculación y el manejo consciente de la energía seminal transforman el acto sexual en algo extraordinario. En su libro Los secretos de la alcoba de jade, el legendario amante taoísta P’eng Tsu aborda bastante el tema del arte del control de la eyaculación. P’eng Tsu es llamado el “Matusalén chino”, pues vivió una extraordinaria cantidad de años. Su longevidad, según el propio P’eng (avalado por la medicina tradicional china y por toda la tradición del Tao sexual), se debió en bastante medida a la salud generada mediante el contacto sexual sin eyaculación con una extraordinaria cantidad de mujeres.

Lo anterior no significa que P’eng no eyaculara nunca, sino que mantenía una frecuencia eyaculatoria saludable. Los taoístas antiguos, si bien establecieron una frecuencia eyaculatoria recomendada para el hombre, dijeron algo distinto sobre la energía sexual de la mujer. Según el Tao, la mujer tiene una energía sexual casi inagotable. Pero como la energía sexual de un hombre no es inagotable si ocurre una eyaculación al final de cada acto sexual, entonces él necesita el control de la eyaculación y reducir la frecuencia eyaculatoria.

Sobre el control de la eyaculación, los taoístas antiguos comentaron algo que ha cambiado con el tiempo: que en el hombre se genera más salud a medida que él tenga contacto sexual con el mayor número posible de mujeres sin que ocurra nunca o casi nunca la eyaculación. Por eso es que abundan las imágenes chinas tradicionales con escenas sexuales orgiásticas o de sexo grupal. Sin embargo, los taoístas modernos no han mantenido ese criterio, sino el de que no es necesario tener más de una pareja para obtener los mejores resultados con el control de la eyaculación.

En realidad sólo se necesita una pareja

Según Eric S. Yudelove (discípulo directo de Mantak Chia, uno de los maestros de Tao Sexual más conocidos en el mundo occidental), Chia recomienda la monogamia. Y más que eso, Chia recomienda tener una sola pareja estable a lo largo de los años, para poder desarrollar a fondo todos los aspectos del arte de aprender a hacer el amor bien, basado entre otras cosas en el control de la eyaculación y en la tabla del Tao de eyaculación recomendada según la edad.

De hecho, no sólo otros maestros de Tao Sexual, sino incluso del Tantra más serio y profundo, recomiendan evitar la promiscuidad sexual, porque ese tipo de prácticas libertinas dañan la energía sexual, reducen el conocimiento e impiden la evolución. No se trata de algo moral, sino de un fenómeno energético. La cuestión de las múltiples parejas en las leyendas sexuales (tanto en las escenas de orgías de sexo taoísta como en el sexo orgiástico de algunas leyendas tántricas Vamachara o incluso Vajrayana), en la actualidad hay que enfocarla de otro modo. El conocimiento no cambia, pero las personas sí cambian con las épocas, y en la actualidad la promiscuidad tiene implicaciones energéticas negativas que antaño no tenía.

Por ejemplo, la leyenda del también célebre Emperador Amarillo (Huang di) cuenta que éste se elevó hacia los cielos y se volvió inmortal luego de hacer sexo con más de 1000 mujeres sin haber derramado ni una sola gota de semen (todo esto ocurre milenios antes de nuestra era). Son historias semejantes a algunas que aparecen en el manual erótico sufí El jardín perfumado de Jeque Nefzawi, así como en algunas versiones del Kama Sutra, o en escrituras de budismo tántrico (Vajrayana) que muestran al Buda mismo haciendo sexo de poder con varias mujeres, o en templos tántricos hinduistas como el los de Khajuraho.

Muchos taoístas y budistas posteriores han corregido el enfoque orgiástico y han aseverado que realmente no se necesitan tantas parejas sexuales, que un hombre sólo necesita a una sola mujer, y que ambos se empeñen en llegar lo más profundo posible en el acto sexual. Desde esta óptica, la imagen legendaria del hombre controlando la eyaculación y gracias a eso haciendo el amor con múltiples mujeres, debe asumirse como un símbolo del gran poder sexual que él adquiere si mantiene la frecuencia eyaculatoria recomendada, o si incluso no eyacula nunca. Pero de ningún modo estas leyendas deben usarse como justificación para ligar y ser promiscuo, ya que por esa vía el hombre perderá lo que haya aprendido sobre control eyaculatorio.

La óptica simbólica puede aplicarse perfectamente a las leyendas sexuales del Emperador Amarillo haciendo sexo con muchas mujeres, a la versión orgiástica de Buda en algunas escrituras Vajrayana, a los enfoques orgiásticos de Krishna con las gopis según las leyendas tántricas visnuistas y sahajiyas, o incluso a lo descrito por el propio P’eng Tsu sobre sus relaciones sexuales con sus concubinas. En el ya mencionado libro Los secretos de la alcoba de jade de P’eng Tsu ocurre este sabroso diálogo entre la “Muchacha del Arcoíris” y el mismo P’eng, sobre la importancia del control de la eyaculación. Por cierto, en el fragmento se habla de la relación de un hombre con una sola mujer:

“MUCHACHA DEL ARCOÍRIS: Por lo general se cree que el hombre siente un gran placer si tiene una eyaculación. Pero cuando él conoce el Tao y eyacula cada vez con menor frecuencia, ¿se reduce también su sensación de placer?

P’ENG TSU: De ningún modo. Cuando termina la eyaculación el hombre se siente agotado. Le zumban los oídos, le pesan los párpados y necesita dormir. Tiene sed y sus miembros se sienten pesados y rígidos. La eyaculación le aporta algunos segundos de excitación y placer, pero a continuación siguen largas horas de un profundo agotamiento. Y esto de ningún modo supone un verdadero disfrute.

Si el hombre logra controlar su eyaculación y la reduce al mínimo, su cuerpo se fortalece, su espíritu se mantiene sereno y aumentan sus capacidades de ver y oír. Aunque el hombre aparente haber renunciado temporalmente al placer de la eyaculación, en verdad estará amando todavía más a su mujer. Parecerá como si nunca se saciara de ella. ¿Acaso no es éste el placer auténtico y duradero?”

Frecuencia eyaculatoria recomendada para cada edad según el Tao sexual

La mayoría de las personas relacionan la disfunción eréctil con el aumento de la edad en el hombre, pero en realidad eso no es cierto. Muchos hombres mayores pueden tener problemas de erección, pero eso se debe, más que a la edad, al desgaste seminal de toda una vida eyaculando sin la menor medida. Por eso también con la edad surgen problemas en las glándulas sexuales, especialmente en la próstata: es el exceso de eyaculación lo que provoca esos problemas, y en ello la edad juega un papel no más que secundario.

Si cumples con la tabla de eyaculación que da el Tao (o lo más importante: si por cualquier vía saludable aprendes a economizar la energía seminal), no tienes por qué tener problemas de erección ni prostáticos aunque aumente la edad. De hecho, tanto la alimentación errónea, el sedentarismo y el exceso de información mediática, como la crisis sociopolítica entre la mujer y el hombre, han provocado un aumento de la disfunción eréctil en jóvenes, y eso obviamente no tiene nada que ver con la edad.

Relacionar la disfunción eréctil con la edad, no es una intuición del todo errónea, aunque sí se suele enfocar de manera equivocada. Lo normal es que las personas crean que, cuando aumenta la edad, necesariamente el hombre empieza a padecer de disfunción eréctil. Pero eso no es verdad. Lo cierto es que, a medida que aumenta la edad, el hombre debe eyacular con menor frecuencia, porque si eyacula con demasiada frecuencia, empieza a tener problemas de erección y de glándulas sexuales desgastadas.

El ángulo de erección sí cambia de manera natural con la edad: si el pene erecto de un adolescente mira hacia arriba, en cambio el de un hombre en la primera madurez tiene una erección horizontal, y el pene de un hombre mayor puede tener una erección por debajo de la horizontal. Pero eso no tiene ni la menor importancia en términos de calidad sexual. Cada hombre, en su propia edad y con su propio grado de erección, si aprende a hacerlo, puede llevar a la mujer al éxtasis del orgasmo múltiple y el amor gracias al control de la eyaculación y a otros conocimientos sexuales.

Entonces el enfoque correcto es que la edad afecta indirectamente la erección, pero sólo tienes una frecuencia eyaculatoria mayor que la recomendada para tu edad.

IMPORTANTE: Reiteramos algo que dijimos al inicio. La frecuencia eyaculatoria recomendada se refiere a la necesidad de eyacular menos, no a que haya que hacer menos el sexo. Puedes y debes hacer sexo con toda la frecuencia posible, mejor si es a diario, o incluso varias veces al día, pero sin tener que eyacular al final de cada acto sexual. Al terminar de hacer el amor, gracias a que el gozo orgásmico es intenso y profundo, la vagina informa al pene de que ya terminó de descargar sus divinas energías, y el pene deja de estar erecto de manera natural, sin necesidad de eyacular, sin reprimir nada, sereno y satisfecho.

Tendrás la erección del pene siempre a punto si no eyaculas ni siquiera al final de cada acto sexual, sino solamente con la frecuencia recomendada para tu edad. Por ejemplo, si eres un hombre de 35 años, aunque hagas sexo cada día o con la frecuencia que lo hagas, sólo deberías eyacular como máximo 1 vez por semana. Si haces el amor más de 1 vez a la semana (cosa que te recomendamos), paulatinamente debes aprender a eyacular únicamente al final de uno de los actos sexuales de la semana. El resto de las veces termina sin eyacular, como acabamos de explicar en el párrafo anterior, y ese será el paso para la economía de tu capital seminal.

Hay hombres que prefieren no eyacular casi nunca, y gracias a eso tienen una vida sexual increíblemente activa y placentera. Pero es mejor que de momento no decidas tal cosa. Cambiar de repente un hábito tan arraigado como el de eyacular al final de cada acto sexual, puede provocarte ansiedades innecesarias, o ponerte de mal humor. Por ahora será suficiente con que reduzcas la frecuencia eyaculatoria según los consejos de la tabla del Tao de eyaculación según la edad. Si no eyaculas sin necesidad, la economía seminal se convierte en algo semejante a la fuente de la eterna juventud.

El cuerpo, de manera natural, crece en edad; pero si mantienes la vitalidad, madurar no es malo: es lo mejor que te puede ocurrir. Conservar la energía seminal no solamente te conserva la salud física: también tu mente y tu interior crecen. Dejas atrás la confusión, la falta de propósito, las dudas sobre ti mismo y con respecto a la vida. No serás mejor que nadie, pero te superarás a ti mismo y serás más masculino. Además: la mujer tiene una especie de “sensor especial” para saber si el hombre no está vacío sino lleno de licores para amar, y eso “despierta a la diosa de la felicidad”.

Detalles sobre la frecuencia eyaculatoria recomendada según la edad

La erótica oriental, especialmente el Tao Sexual, ha abordado a fondo el tema de la frecuencia eyaculatoria. Es muy importante que el hombre conozca la frecuencia eyaculatoria recomendada para su edad. Esto lo ayudará a mantener una frecuencia eyaculatoria saludable, que no le afecte la erección del pene ni la salud. Existen no sólo consejos taoístas para evitar la disfunción eréctil cuando aumenta la edad, sino incluso imágenes orientales tradicionales de hombres mayores o ancianos haciendo sexo con mujeres jóvenes. La actividad sexual, la erección y el control de la eyaculación y de la frecuencia eyaculatoria, son bienes que hay que mantener hasta las edades más avanzadas, porque garantizan la salud y la calidad de vida.

Si el legendario Emperador Amarillo (del que ya hablamos más arriba), hace casi 5000 años, a edades avanzadas, podía deleitar sexualmente a todas sus esposas y concubinas, eso se debía a que ya conocía el arte de controlar la eyaculación, en línea con la medicina tradicional china que él mismo fundó. Huang Di sabía que el secreto de la erección firme (no suave, pero tampoco rígida), la potencia sexual y la longevidad, está en no eyacular con más frecuencia de la recomendada, es decir, economizar el semen y sublimarlo.

Así pues, ¿con qué frecuencia eyacular según la tabla del Tao Sexual?, ¿cuál es la frecuencia eyaculatoria recomendada según la edad, de manera que la pérdida de semen no provoque problemas de erección ni de salud? Según el Tao Sexual, la frecuencia eyaculatoria recomendada para un hombre en cantidad de días, se obtiene al multiplicar multiplicando su edad por 0,2. Según Chian Zettnersan (en su libro Los secretos de la sexualidad taoísta) la fórmula sería la siguiente:

La edad del hombre x 0,2 = La frecuencia eyaculatoria recomendada (en días).

Por ejemplo:

20 años x 0,2 = 4 días

Esto quiere decir que, si tienes 20 años, puedes eyacular cada 4 días sin que esa pérdida de semen te afecte la erección del pene ni la salud. Pero si tienes 30, podrás eyacular cada 6 días, y si tienes 40 años, podrás eyacular cada 8 días. Y así sucesivamente, cada 5 años de edad se aumenta 1 día a la frecuencia eyaculatoria recomendada, y cada 10 años se aumentan 2 días. Evitando eyacular con menos frecuencia de la recomendada, tus glándulas no se sentirán vacías de licores de deseo sexual, y a tu pene nunca le faltará potencia para erectarse.

Es importante aclarar que la frecuencia eyaculatoria recomendada no significa que tengas que obligatoriamente eyacular con esa frecuencia. Hay hombres que eyaculan mucho menos que la frecuencia eyaculatoria recomendada para su edad. Eso no está mal. Incluso los hay que no eyaculan casi nunca, porque sienten que no necesitan eyacular aunque hagan sexo a diario. Precisamente gracias a que gozan orgásmicamente a fondo del sexo con tanta frecuencia, la eyaculación deja de interesarles, porque ya no la necesitan para sentir placer orgásmico.

Pero, reiteramos, no eyacular casi nunca, es algo a lo que se llega con el tiempo y por una decisión consciente. No es una cuestión que puedas decidir de antemano. Deja esas cuestiones para más adelante, y por ahora céntrate en la tabla del Tao de frecuencia de eyaculación según la edad.

Tabla del Tao de frecuencia de eyaculación según la edad

Veamos en resumen todo lo explicado en el acápite anterior, aquí enfocado en la tabla del Tao de eyaculación recomendada según la edad. Como ya dijimos, la lógica aritmética de la tabla (basada en la fisiología de un hombre sano) indica que cada 5 años se aumenta 1 día en la frecuencia eyaculatoria recomendada, así como se aumentan 2 días cada 10 años.

Método para determinar tu propia frecuencia eyaculatoria

Tenemos que decir que, si bien la tabla que acabamos de proporcionar es muy útil, no hay por qué convertirla en una camisa de fuerza. No necesariamente hay que asumir esas cifras en un sentido estricto. Obviamente las urgencias eyaculatorias del hombre se reducen a medida que aumenta la edad. La tabla del Tao de eyaculación recomendada según la edad puede servirte de guía, pero no debes convertirla en un dogma sexual. Nuestro consejo es que te rijas por tu propio organismo y no por fórmulas objetivas. Por ejemplo, haz esta prueba o ejercicio (también sugerido por el Tao sexual) para detectar tu propia frecuencia eyaculatoria:

• Eyacula un determinado día y anota la fecha y la hora de cuándo eyaculaste.
• Obsérvate tu cuerpo en los días siguientes, y detecta cuándo sientes unos deseos realmente irresistibles de eyacular.
• Apunta esta segunda fecha, y ya tendrás la frecuencia eyaculatoria saludable para tu propio cuerpo, sin fórmulas genéricas.
• Toma en cuenta el ritmo personal que has detectado, y trata de no eyacular con una frecuencia más baja que esa.

Es posible que descubras que tu frecuencia eyaculatoria personal coincide con lo propuesto por la tabla del Tao de eyaculación, pero tal vez detectes que es un poco distinto tu propio ritmo, o incluso puede que muy distinto. La frecuencia eyaculatoria saludable no sólo se basa en la edad, sino además en tu tipo de organismo, en tu nivel de salud, o incluso en tu temperamento y tu tipo de alimentación. Lo importante es que realmente sepas que frecuencia eyaculatoria es saludable para tu propio organismo, para que nunca te falten las ganas de hacer el amor, la potencia de la erección o la energía vital.

No es que no puedas eyacular en menos días que los que detectes. Pero ten en cuenta que, si eyaculas en menos días, se verá afectado tu rendimiento sexual, incluida la capacidad eréctil del pene. En especial si has tenido episodios de disfunción eréctil, impotencia o cualquier tipo de problemas de erección (algo mucho más frecuente de lo que creemos en hombres de todas las edades), mantente lo más fiel posible a tu frecuencia eyaculatoria recomendada, o a la frecuencia que tú mismo detectes mediante el ejercicio que orientamos más arriba.

Para terminar, conviene reiterar una vez más: no eyacular no significa no hacer sexo. Te va a ser conveniente aprender a hacer el amor sin necesidad de eyacular cada vez al final del acto sexual, porque eso fortalece la erección del pene, multiplica exponencialmente el placer, y te permite llevar a la mujer hasta el orgasmo múltiple y hasta el clímax del amor y la evolución.

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