Alimentación y sexualidad tienen más que ver de lo que parece. Comer muy poco no es aconsejable, ya que el buen acto sexual que proponemos en nuestros escritos, aunque sereno, será una actividad intensa, y que genere energía depende también de la que ya tengas. Son las transnacionales de la moda y el consumismo, mediante bombardeos de publicidad, quienes tratan de convencerte de que lucir un cuerpo escuálido es el ideal de belleza. Pero te aseguramos que te dicen eso no por tú bien, sino para venderte sus productos y vivir a costa tuya. Eso no tiene nada que ver con el equilibrio entre alimentación y sexualidad.

Por el contrario, comer mucho en una sola ingesta tampoco es conveniente, pues te llevará a una activación excesiva de la digestión, y el sistema nervioso se mantendrá adormilado durante más tiempo. Ese tipo de digestiones largas puede mantenerte embobecido durante muchas horas, e incluso podrías llegar a ligar una digestión con otra, lo cual provocaría que el estado adormilado de la digestión —llamado «postprandial»— inconvenientemente se convierta en tu estado más o menos habitual de conciencia.

Lo conveniente, por supuesto, no está en ninguno de los dos extremos, sino en el equilibrio medio entre alimentación y sexualidad. Aquí tienes 10 buenos consejos para lograr un equilibrio entre nutrición y conciencia, lo cual en nuestro caso equivale a decir: 10 consejos sanos para optimizar tu energía sexual y poder dedicarla a fomentar el buen sexo y la buena salud. Los 10 puntos no son tajantemente distintos unos de otros, pero conviene prestar atención al detalle.

① Come solamente cuando tengas hambre

Come sólo cuando tengas hambre. No sigas horarios rígidos con esto, ni comas sin necesidad sólo para canalizar ansiedades o suplir carencias emocionales. Esas ansiedades y carencias emocionales se resuelven haciendo bien el sexo: la comida nunca será capaz de resolverlas. Alimentación y sexualidad deben ir de la mano, pero no de ese modo. Toma en cuenta las actividades que hagas durante el día, y nútrete en función de ellas. No te dejes guiar por modas de delgadez o anorexia: no te sobrealimentes más allá de tus necesidades reales, pero no te subalimentes, o sea, no comas menos de lo que debes comer por naturaleza.

② La comida más importante al inicio del día

Haz la comida más importante al inicio del día, y luego ve disminuyendo la cantidad durante el transcurso del día. No obstante, mejor sigue la lógica de tus necesidades —incluso si es al revés a esto que te decimos. En verdad hay personas que tienen la digestión más lenta, y que haciendo la comida más importante al inicio del día, lo que conseguirían sería empezar el día medio adormilados. Ellos, y quizás otros, tal vez lo que prefieran sea hacer la comida más importante a mitad del día.

En realidad el consejo en este sentido es que no hagas la comida más importante al final del día, cuando ya has culminado tus actividades. Por lo demás, la hora en que hagas la comida más importante del día depende de tu propio organismo. Siempre que te sea posible, no comas antes de dormir, o no duermas después de comer. Si sientes que necesitas descansar debido a la digestión, recuéstate un poco, y cuando más, túmbate y descansa, pero sin dormir. Tal vez te convenga aprender a meditar, y hacerlo luego de comer.

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③ Masticar bien la comida

Mastica bien la comida. Esto no necesariamente significa que mastiques despacio: hay quien no mastica despacio por naturaleza y hay quien sí. Pero es mejor masticar bien, sea cual sea la velocidad natural a la que lo hagas. Masticar bien no sólo es el inicio del proceso de la digestión de la comida, sino que además te da más conciencia del acto de comer. Masticar bien permite al cuerpo darse perfecta cuenta de cuándo es suficiente comida y ya no hay que seguir comiendo.

En cambio, si masticas rápido, puede que el cuerpo mastique de forma semiconsciente, y sólo desencadene la sensación de satisfacción cuando estés demasiado lleno. Eso es un círculo vicioso, pues luego te adaptas a comer más de lo que necesitas, y el cuerpo dará la sensación de satisfecho siempre después de cuando realmente es. Todo esto se resuelve masticando bien, es decir, siendo más consciente del acto de comer.

Una de las escrituras tántricas más célebres, el Vigyan Bhairav Tantra, recomienda que para evolucionar espiritualmente tenemos que volvernos conscientes, entre otras cosas, de alimentación y sexualidad. Esto empieza por desarrollar el arte de masticar y degustar conscientemente la comida, con el propósito de extraerle no sólo los nutrientes, sino además el placer.

④ Evita hábitos rígidos en cuanto a alimentación y sexualidad

No tengas hábitos alimentarios rígidos, mucho menos si no los comprendes. En general, no tengas hábitos alimentarios inconscientes —aunque sean tradicionales y todos los que te rodean los tengan. Los malos hábitos nutricionales también aportan lo suyo a que haya desbalance entre alimentación y sexualidad. Comprende lo que comes, porque lo que comes tendrá la capacidad de generar o restar conciencia en ti, en dependencia de cuán consciente seas de qué y cómo comes, y qué rechazas.

⑤ No consumir agua en exceso con la comida

No consumas mucha agua junto con la comida, sino que más bien consume muy poca. Puedes consumir agua un rato antes de comer, más o menos 20 minutos —debes ver tú el tiempo que te conviene. Pero luego de comer, espera al menos una hora y media antes de consumir agua en cantidad considerable —especialmente si tus digestiones son lentas.

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⑥ Aumenta el consumo de vegetales

Consume siempre tantos vegetales como carbohidratos y proteínas, o incluso más. Los vegetales proporcionan al cuerpo nutrientes fáciles de asimilar, ya que por tener estructuras energéticas simples, se incorporan al organismo que los consume sin afectar demasiado su estructura energética. Éste no es el caso, por ejemplo, de la carne animal.

Si comes carne, comienza a preferir las carnes simples como la de pescado o marisco, o tal vez pollo, y evita las carnes rojas de animales energéticamente más complejos, como la vaca o el caballo, que tienden a ser de difícil absorción y desorganizan tu sistema energético y tu conciencia, y a larga tienden a enfermar tu organismo y a disolverlo prematuramente.

⑦ No mezcles lo que no conviene mezclar

Existen muchas teorías y fórmulas acerca de cómo mezclar y cómo no mezclar los alimentos que vas a consumir, y de cómo procesarlos: no mezclar harinas —no sólo no mezclar diferentes tipos de harina de cereal, sino además no mezclar cereales y tubérculos—, no comer fritos, no mezclar frutas con vegetales, y un largo etc. Los yoguis son pródigos en ese tipo de conocimiento, y si así lo deseas, puedes informarte al respecto.

No obstante, el consejo que te damos en este sentido es el siguiente: escucha con atención a tu cuerpo —sobre todo durante la comida y la digestión—, aprende tú a no mezclar lo que no te conviene mezclar, y a cocinar los alimentos de manera tal que a tu cuerpo le sea fácil y provechoso digerirlos e incorporarlos sin menoscabo de tu conciencia. Eso lo sabrás cuando comiences a desarrollar tu conciencia, y la observes luego de comer. Ella te dirá que es lo mejor para armonizar alimentación y sexualidad.

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⑧ El agua fuera de las comidas es siempre buena

Si estás haciendo alguna actividad que no puedas interrumpir, pero tienes hambre, aprovecha y consume solamente agua. No sólo te aliviará momentáneamente el hambre, sino que también te purificará el cuerpo, y además será un modo de restituirle al cuerpo el agua que ya no consumes al comer.

⑨ Respiración, alimentación y sexualidad

Hacer respiraciones completas durante algunos momentos luego de comer, facilita la digestión y hace que sea mucho menos fuerte lo que se llama efecto postprandial o efecto «luego de comer», es decir, será menos brusco el hecho de que la digestión requiera tanta energía, y que entonces al cuerpo le falte energía para otras actividades. Hacer respiraciones completas aporta energía a la digestión, lo cual no sólo atenúa el efecto postprandial, sino que además hace que dure menos.

⑩ ¿Alimentación y sexualidad luego de comer?

A veces se ha recomendado no hacer el sexo luego de comer. Pero este tipo de determinaciones absolutas suelen no ser veraces. Así que no podemos determinar de manera absoluta si puedes o no hacer el amor luego de comer: eso debes verlo tú, según el funcionamiento de tu propio organismo y el de tu pareja. Tal vez no sólo les sea posible hacerlo, sino que a lo mejor descubren que el sexo es un buen digestivo.

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