El ego tiene un enorme componente exhibicionista. Para la mayoría de las personas, si algo no se exhibe y se luce, no existe; y para que algo comience a existir, ha de ser exhibido y lucido. La sociedad contemporánea de hecho es cada vez más así en lo social y en lo individual: para ser, no tienes que ser, sino solamente aparentar ser.
Es como si vivir formara parte de una falaz campaña publicitaria, o de una mala película con un pésimo actor como protagonista. La base de este exhibicionismo personal y social aparentemente intrínseco del ser humano, en realidad nace de esa energía presuntuosa, jactanciosa, artificial, simulada y exhibicionista que es por esencia el ego.
El ego es un polizón de nuestra psiquis que surge como resultado del sufrimiento, y por eso debe ser superado. Creer que hay que superar el exhibicionismo es un error de perspectiva: lo que hay que superar es el ego, que es exhibicionista y muchas cosas innecesarias más. Esto se dice más fácil de lo que se hace.
El desafío de permitir que el ego emerja pero sólo para que se vaya
En este camino del Amor Sexual hay varios desafíos que es necesario resolver con éxito, muchos de los cuales tienen su complejidad precisamente en pertenecen al área de tu psiquis que nunca has enfrentado, y que en general el ser humano no suele enfrentar. Viejos traumas y dolores, obsesiones, ansiedades, cosas que no te habías confesado ni a ti, todo esto aflorará para ser resuelto de una vez, y es bueno que esos conflictos interiores emerjan para irse, no para quedarse.
Existe un fondo dentro de ti, en el cual se acaban las confusiones habituales y finalmente te paras en terreno firme, siendo lo que eres y no lo que no eres. Pero este logro mayor se obtiene a cambio de encarar y resolver todo lo que te impedía llegar a tu fondo, todo lo que hasta ahora has evitado saber dentro de ti.
Las respuestas más grandes de la vida te esperan en tu fondo, si tienes el coraje de bajar hasta lo verdadero de ti. No es necesario ningún tipo de ayuda para esto, y nadie puede hacerlo contigo, ni mucho menos hacerlo por ti. De hecho tu vida de modo natural un día va a acabar, y puede que en ese punto tú nunca hayas descendido hasta el fondo de ti, a ser quien eres.
El camino de liberar el subconsciente mediante el gozo sexual profundo, está lleno de paradojas y desafíos, que sólo pueden vencerse con éxito si el hombre aprende a tener dominio de sí mismo, en sentido sexual y en sentido psíquico —que en realidad son un mismo sentido. ¿Cómo, si no es desarrollando desapego hacia sus propias emociones, va a poder seguir amando a la mujer el hombre cuando lo que ella siente no es tristeza, ni confusión, sino auténtico rechazo hacia él? Y lo cierto es que incluso el rechazo —que puede darse tanto en la vida cotidiana como en el sexo— forma parte del camino normal, y sentimientos como esos no pueden liberarse e irse definitivamente, sin primero experimentarse auténticamente. En el terreno de lo psíquico, liberarse de las cadenas empieza por sentirlas auténticamente.
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