Hay hombres (y mujeres) que creen que todo acto sexual debe acabar con una eyaculación masculina. El porno ha hecho de eso un show canónico. No importa cuán normal o cuán «freak» sea una escena porno, siempre acabará en eyaculación masculina. Te aconsejamos que no creas en esos prejuicios.
La pérdida de nutrientes y de energía con cada eyaculación es enorme, y por eso no es raro que ―salvo algunas veces― el hombre termine cansado, o agotado, o incluso «knock out» siempre que eyacula. Te recomendamos que aprendas a mantener bajo control tu eyaculación, y dejes atrás la programación mental de que “acto sexual = eyaculación”. Esto significará una ganancia neta en términos de placer y orgasmos, y también en términos de salud para tus órganos sexuales.
El semen es una sustancia preciosa que hay que economizar, para lo cual lo primero es dejar de identificar el semen (la eyaculación) con el orgasmo masculino. Si aprendes a mantener bajo control tu eyaculación durante el acto sexual, ya no tendrás que caer en la fórmula que jocosamente estableció el taoísmo: cuando el hombre eyacula, se transforma de león vivo en perro muerto.
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