La próstata es una de las principales glándulas sexuales del hombre, y juega un papel fundamental en el orgasmo. No hay experiencia más intensa para el hombre que un orgasmo prostático, y por eso es que la próstata ha sido llamada “Punto G masculino”.
No es verdad que la próstata sea un órgano de interés solamente para personas de edad avanzada, y que los jóvenes puedan ignorarla. La próstata es una gran amiga a cualquier edad, ya sea en términos de placer y orgasmo, o ya sea en términos de salud y profilaxis.
En este artículo introducimos el tema del placer orgásmico prostático ―en otros artículos hemos abundado sobre este tema―, y principalmente comentamos algunos detalles importantes sobre cómo mantenerla saludable.
EL PLACER ORGÁSMICO DE LA PRÓSTATA
La próstata —no en balde llamada Punto G masculino—, se comporta de manera distinta del glande masculino, y de manera semejante a la del Punto G femenino: bajo estimulación tarda en activarse, pero una vez activada, permanece en ese estado durante más tiempo —durante horas, o a veces días—, y si hacía tiempo que no la estimulabas, tarda un poco más en estar lista y las sensaciones iniciales nos son tan intensas y profundas como las de después. Todo esto se comprende mejor en la práctica.
Y otro rasgo distintivo del placer prostático es que, a diferencia de los orgasmos normales —que duran poco y van cayendo en picada muy pronto—, los orgasmos que se focalizan en la próstata, se van sintiendo cada vez más intensos y profundos, hasta llegar al punto de que el hombre incluso siente que los orgasmos son más grandes que todo su ser.
MASAJE DE PRÓSTATA POR VÍA ANAL
Normalmente la estimulación y el placer anales se asocian con la homosexualidad masculina. Sin embargo, no hay que ser homosexual para recibir estimulación prostática por vía anal ―o por cualquier otra vía. En este sentido, con su propia mujer el hombre puede hacer un ejercicio interesante. Se trata de un masaje de próstata, y reiteramos que el hombre no ha de preocuparse por si perderá su hombría al hacerlo, pues grandes amantes lo hacen para desarrollar precisamente su capacidad de amar a la mujer.
Tanto dentro del Taoísmo como dentro del Tantra —dos milenarios caminos de conocimiento sexual de China y la India respectivamente—, se practica de un modo u otro el masaje de la próstata, para mantenerla saludable, y al mismo tiempo para que el hombre desarrolle todo su potencia sexual.
No hagas caso de quienes tienen prejuicios sexuales, y toma en cuenta los consejos de los mejores amantes del mundo, los tántricos y los taoístas, cuando dicen que los hombres «deberíamos intentar masajear con nuestros dedos de manera consecuente nuestra próstata. Ideal sería naturalmente poder contar con el apoyo y con la disponibilidad de nuestro cónyuge o compañera para efectuar este masaje» (Maestro Chian Zettnersan: Los secretos de la sexualidad taoísta).
La próstata, como hemos dicho, en parte tiene tejido muscular, y asimismo los esfínteres son músculos: son precisamente músculos en forma de anillo. Como a cualquier tejido muscular, a la próstata y a los esfínteres les es conveniente ejercitarse, para no endurecerse ni atrofiarse con la edad.
POR VÍA PERINEAL O POR VÍA ANAL
El masaje de próstata conviene a cualquier edad que tenga el hombre, y puede realizarse a través del perineo, la zona de piel entre los testículos y el ano. Pero a través del perineo es mucho menos efectivo que introduciendo un dedo en el ano y el recto. Este masaje de próstata a través del ano y el recto es semejante al que realizan los proctólogos, aunque ellos lo hacen por motivos no sexuales.
A través del perineo —sin entrar en el ano y el recto—, el masaje se realiza, primero, localizando la próstata: si presionas un poco hacia adentro con los dedos sobre el perineo, y el hombre hace algunas contracciones de esfínteres, se siente una protuberancia que sale rítmicamente junto con las contracciones: esa es la próstata.
Una vez localizada, se trata de masajearla, presionándola circularmente desde afuera hacia adentro. Pero, como decíamos, este método no es tan efectivo como realizar el masaje directamente por vía anal y rectal.
Por vía anal y rectal, hay que introducir lentamente un dedo con la uña bien recortada y bien lubricado ―con un lubricante adecuado o con saliva― en el ano y el recto del hombre, y localizar la protuberancia prostática que se nota a través de la pared rectal que da hacia el frente del cuerpo. Una vez localizada la próstata, el masaje debe proceder lentamente, con movimientos delicados, tomando muy en cuenta las sensaciones del hombre.
(Para más detalles, ver nuestro ebook La próstata: Punto G del hombre.)
Deja tu comentario