Hacer el sexo mal tiene efectos no sólo a nivel de alcoba y de pareja, sino además a nivel social y planetario. Básicamente, el sexo mal practicado se convierte en la fuente de todo problema, tal como el sexo bien practicado es la fuente de toda felicidad. En general, sexo mal practicado es el que hoy hacemos la inmensa mayoría de los seres humanos: un acto sexual poco frecuente —sobre todo cuando la pareja ya tiene tiempo de formada—, corto y ansioso, programado, en que se persigue la eyaculación del hombre cuanto antes, y en que la mujer no disfruta o disfruta lo mínimo —y casi nunca o nunca ella llega al orgasmo. Muchos de los males que, como personas o como especie, hemos vivido y visto a nuestro alrededor, nacen del sexo habitual, es decir, del sexo mal practicado.
ALGUNOS EFECTOS DEL SEXO MAL PRACTICADO
El primer efecto evidente del sexo mal practicado es que no genera amor. El sexo es la puerta natural hacia el amor, y hacer el sexo bien es la fuente real del amor de la pareja. Cualquier unión del pene con la vagina debería generar no sólo placer sino también amor. Pero si lo que sientes durante y luego del acto sexual es un vacío o una pérdida de la atracción entre tú y tu pareja —y esto es lo que ocurre la mayoría de las veces, aunque nos duela admitirlo—, eso significa que tu acto sexual no está siendo bueno.
El sexo mal practicado no sólo genera desamor, infelicidad, incomunicación y falta de armonía entre la pareja, sino además mal humor, discusiones, odios, depresiones, neurosis, ego, neurastenia, insensibilidad genital, problemas de erección, descontrol eyaculatorio, dudas sobre el tamaño de los genitales, machismo, feminismo, trastornos y dolores menstruales, migrañas, embarazos no deseados, evasión de la intimidad, actividad excesiva, obsesión sexual, promiscuidad, infecciones de transmisión sexual (ITS), y problemas uterinos y prostáticos, o incluso violencia entre la pareja.
Además, es precisamente la falta de realización en el plano sexual, lo que genera sentimientos de posesión, apego y celos entre la pareja, y posteriormente tal vez la ruptura. Todo problema en la pareja nace de hacer mal el sexo, así como toda armonía y felicidad en la pareja nacen de hacer bien el amor. Incluso los problemas de superpoblación, consumismo y devastación planetaria por problemas ecológicos y bélicos, son consecuencias a largo plazo de que el ser humano no pueda encontrar la realización, la plenitud y el amor que busca en el sexo.
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