Si estás aquí es porque muchas veces te habrás preguntado: ¿Por qué cuándo el hombre eyacula se debilita? ¿Qué pierdo cuándo eyaculo? ¿Por qué el hombre pierde fuerza cuando eyacula? Es normal tener todas esas inquietudes, que en realidad el hombre las ha tenido desde hace milenios hasta hoy. Preguntarte: ¿Qué pierdo cuando eyaculo?, es incluso un acto de observación que te llevará a mejorar tu vida sexual, porque al responderte estarás comprendiendo los procesos reales que ocurren en tu cuerpo. Comprender el cuerpo conscientemente, es empezar a cambiar.

Aquí encontrarás todas las respuestas de por qué cuando el hombre eyacula se debilita. Y algo que es muy importante: Encontrarás las soluciones reales para ese problema que en realidad afecta a todos los hombres. A nadie a estas alturas se le ocurriría negar el enorme potencial que pierde el hombre cuando eyacula. Sin embargo, son muy pocos los que han dado una solución verdadera al problema de por qué la eyaculación debilita al hombre. Podemos decirte que el Amor Sexual completo (el camino erótico y evolutivo que proponemos los autores de este sitio), es la respuesta a lo que te estás preguntando. En este artículo encontrarás muchos detalles para empezar a comprender.

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1) ¿Qué pierdo cuando eyaculo? o ¿por qué cuando el hombre eyacula se debilita? Orígenes

Muchos hombres se preguntan por qué sienten debilidad después de la eyaculación. Sentir un agotamiento que reduce las fuerzas durante el acto sexual y que incluso opaca el gusto por la mujer, es una condición que todos los hombres quisieran evitar. Para ello hay que comprender un conocimiento que desde hace varios milenios ha quedado muy claro para varias culturas asiáticas (y que apenas está comenzando a quedar claro para las culturas occidentales). Este conocimiento es el valor de conservar la energía seminal.

Conservar la energía seminal significa que el hombre aprenda a eyacular con menos frecuencia que la actual. Aprender a controlar la eyaculación es la clave para conservar la energía física y mental que se pierde con cada eyaculación. Una de las primeras cosas que puedes hacer para lograrlo es responder a la pregunta de qué pierdo cuando eyaculo o por qué cuando el hombre eyacula se debilita.

Es importante que aprendas a mantener bajo control la eyaculación en cada acto sexual, de modo que el placer pueda crecer hasta volverse enorme, e incluso se transforme en amor. Sobre todo, durante los orgasmos femeninos (especialmente si se trata de orgasmos múltiples), deberás mantener a raya cualquier movimiento del semen. A lo largo de este artículo podrás aprender pormenores sobre esto.

Nutrientes y proteínas que pierdo cuando eyaculo

Empezando a responder las preguntas de «qué pierdo cuando eyaculo» o «por qué cuando el hombre eyacula se debilita», hay que decir que el maestro taoísta Chian Zettnersan ha escrito:

“Cuando un hombre adulto normal eyacula, pierde aproximadamente una cucharada colmada de semen. Según las investigaciones científicas más actuales, esta cantidad de semen contiene los nutrientes de dos grandes filetes de buey, de 10 huevos, 8 naranjas, 6 limones y 5 plátanos. Esto significa que están contenidos proteínas, vitaminas, sales minerales y aminoácidos —sencillamente todo lo que el hombre precisa para su vida diaria. Además, el esperma también contiene un alto nivel de energía vital, de tal manera que una gran pérdida de semen puede significar un derroche importante de energía, que justifica el agotamiento que siente el hombre después de la eyaculación”.

Una alegoría taoísta tradicional representa el desgaste del hombre eyaculador normal cuando dice que: “Un león vivo se transforma en poco tiempo en un perro muerto” (Chian Zettnersan: Los secretos de la sexualidad taoísta). Así viven los hombres que eyaculan diario o que eyaculan siempre al final de cada acto sexual.

Ahora que has tenido un primer acercamiento a la respuesta de “qué pierdo cuando eyaculo” o “por qué cuando el hombre eyacula se debilita”, te proponemos que aprendas a recuperarte de ese agotamiento después de hacer el amor, realizando algunos ejercicios. Se trata de ejercicios para aprender a controlar la eyaculación y conservar el semen, que además te ayudará a mejorar la calidad de tu vida sexual.

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10 EJERCICIOS PARA APRENDER A CONTROLAR LA EYACULACIÓN

Controlar la eyaculación es la base del buen sexo. Cualquier otro logro sexual depende de si has aprendido cómo controlar la eyaculación. En este Ebook encontrarás ejercicios prácticos, paso a paso, desde el nivel más simple hasta el nivel avanzado. Todo lo que necesitas para aprender a controlar la eyaculación a voluntad. El libro incluye muchos consejos sobre cómo mejorar cada vez más el acto sexual y convertirte en el buen amante que todo hombre es por naturaleza.

­2) Aprender a controlar la eyaculación y conservar todo lo que pierdo al eyacular

¡Uff! ¡Vaya desgaste que implica eyacular una y otra vez, en vano! Por eso Peng Tze, consejero del Emperador Amarillo, dijo hace ya milenios:

“Después de eyacular, el hombre está cansado, le zumban los oídos, los ojos le pesan y desea dormir. Tiene sed y sus miembros están débiles y rígidos. Durante la eyaculación disfruta brevemente de las sensaciones, pero después se queda exhausto durante muchas horas”.

Pero no basta con sólo saber todo lo que tu organismo pierde en nutrientes cuando eyaculas, ni solo el por qué cuando el hombre eyacula se debilita. Lo mejor es aprender a controlar la eyaculación. El primer motivo para aprender a controlar tu eyaculación es mejorar tu calidad como amante. El problema básico actual que impide que la pareja haga el amor, es que la eyaculación del hombre ocurre mucho antes de que la pareja logre llegar profundo en el sexo.

El hombre necesita aprender a mantener bajo control su eyaculación, para que la pareja pueda ir bastante más lejos en el sexo, y pueda comenzar a abrir las puertas del placer, el amor y la felicidad. Al aumentar tu capacidad como amante, aumenta tu magnetismo hacia el sexo opuesto, y tu éxito en las relaciones. Además, mejorarás tu salud y serás más fuerte ahora que sabes controlar y evitar todo lo que pierdo cuando eyaculo.

Alcanzar dominio sobre tu eyaculación también te desarrolla la voluntad, el carácter, la rectitud, y la masculinidad. Estas capacidades que existen, aunque no sean físicas, no alcanzarán su total desarrollo en la vida si no logras ser capaz de controlar voluntariamente tu eyaculación. Mientras más practiques el control de la eyaculación, verás con el paso del tiempo como se desarrollan todas las áreas de la vida que hemos mencionado. Además dejarás de sentir ese agotamiento después de hacer el amor en un acto sexual eyaculatorio.

Al hombre le conviene aprender a controlar la eyaculación del semen, pues, al no derrochar la energía seminal y controlar la frecuencia con que eyacula, él no solamente aumenta su calidad como amante y conserva su poder masculino dentro de las glándulas sexuales (el cual se convierte en el más potente afrodisiaco natural que existe, por encima de cualquier tipo de viagra). Además aumenta su salud en general, y en particular la salud de sus órganos sexuales, protegiéndolos de la supuesta “degeneración” que han de sufrir con la edad. Esta degeneración, en alguna medida, se debe precisamente a la desgastante eyaculación innecesaria y continua al final de cada acto sexual habitual.

Y finalmente, la conservación de la energía seminal y su sublimación elevan el estado de conciencia del hombre, y lo hacen evolucionar y transformarse en un ser humano más capaz, si no es que iluminado.

3) ¿Por qué cuando el hombre eyacula se debilita? La respuesta de la ciencia

Veamos qué respuesta nos da la ciencia de por qué cuando el hombre eyacula se debilita. La densidad energética, bioquímica y nutricional del semen es alta, aunque no tan alta como para justificar por sí sola la debilidad que el hombre experimenta después de eyacular. Una sola eyaculación implica una alta actividad hormonal además de la expulsión, en pocos segundos, de un buen potencial energético y nutricional, que sale disparado y concentrado en una mínima porción de fluido corporal.

El semen contiene buenos porcentajes de proteínas, minerales, oligoelementos y vitaminas (incluidas las valiosas vitaminas del grupo B, que nunca son muy abundantes y que, al ser hidrosolubles, escapan fácilmente del cuerpo). El objetivo de todos los nutrientes que se reúnen para formar el semen en el momento de la eyaculación, es servir de medio de transporte y de suplemento nutricional a los espermatozoides durante su épico viaje fecundativo de varios metros hasta el óvulo.

¿Qué vitaminas pierde el hombre cuando eyacula? Infografía

¿Qué vitaminas pierde el hombre cuando eyacula? Échale un vistazo a nuestra infografía para saber qué vitaminas pierdes cuando eyaculas. En la infografía verás un reporte detallado del cúmulo de nutrientes que se pierde en la eyaculación. Según investigaciones de laboratorio, el cuerpo masculino, al eyacular, pierde específicamente vitamina C y vitaminas del grupo B (en especial ácido fólico o B9 y B12). Aunque al eyacular se pierden sólo pequeñas proporciones de estas vitaminas, eso no significa que la pérdida no sea sustancial. Las vitaminas son compuestos que el cuerpo necesita de manera vital sólo en cantidad mínima (lo mismo ocurre con los oligoelementos). Pero si faltan o se ponen en déficit, muchas cosas pueden ir mal en el cuerpo.

En la inmensa mayoría de los casos el viaje de los espermatozoides ocurre en vano. El semen termina aprisionado en un condón, o interceptado por algún método anticonceptivo, o en la infértil cavidad anal, o simplemente se derrama sobre alguna superficie que no es el fondo de la vagina. Sin embargo, para el cuerpo tal juego sexual equívoco no existe. El cuerpo, fiel a sus comandos biológicos y naturales, siente que cada eyaculación puede ser crucial para la especie y para la continuidad de la vida. Debido a ello, moviliza una épica cantidad de espermatozoides, de hormonas estimulantes, de energías y nutrientes, con el objetivo de que el hombre se esfuerce al máximo por repoblar el planeta.

Aquí tienes la infografía con toda la información nutricional del semen contenido en una eyaculación. Estos datos bioquímicos nos dan una parte de la respuesta a preguntas tan frecuentes como: ¿Por qué cuando el hombre eyacula se debilita? ¿Qué pierde el hombre cuando eyacula? ¿Qué pierdo al eyacular? ¿Qué pierdo cuando eyaculo? Luego de la infografía, y a lo largo de todo el artículo, seguiremos dando muchos detalles y respuestas a la interrogante de por qué la eyaculación debilita al hombre.

La densidad nutricional no tan alta del semen, determina que la pérdida de nutrientes no sea una respuesta perfecta para la pregunta de por qué cuando el hombre eyacula se debilita. Y esto sirve de base, supuestamente científica, a quienes justifican la masturbación frecuente, y a los que dicen que la eyaculación no agota ni debilita al hombre, a pesar de que todas las evidencias apuntan a lo contrario. Lo que en verdad ocurre es que la pérdida de nutrientes es sólo una parte de la respuesta.

La otra parte de la respuesta a ¿por qué cuando el hombre eyacula se debilita? Actividad hormonal

La otra parte de la respuesta a las preguntas de por qué cuando el hombre eyacula se debilita, por qué la eyaculación debilita al hombre, qué pierde el hombre cuando eyacula, qué pierdo al eyacular, y qué pierdo cuando eyaculo, se basa en la actividad hormonal. Lo cierto es que la producción de hormonas se dispara en el cerebro durante la actividad sexual y el orgasmo. Esta intensa actividad hormonal es ya de por sí agotadora. Pero además las hormonas mismas generan el estado de fatiga y reposo, que, según algunas teorías, cumple con una función reproductiva.

Según las investigaciones sexuales de Masters & Johnson (dos de los investigadores sexuales más notables hasta el día de hoy), a medida que el acto sexual avanza, la tensión sexual se acumula, y poco a poco va creciendo hasta llegar a su cúspide. Cuando la tensión sexual se acumula al máximo, tiende a liberarse de golpe mediante el orgasmo, que disipa la tensión y promueve la relajación, tal vez en forma de somnolencia.

Esa actividad sexual que da lugar a la acumulación de tensión sexual, en el hombre común en realidad puede haber empezado muchas horas antes del acto sexual. Para el hombre que tiene a la eyaculación como mayor expectativa sexual, la tensión sexual se acumula:

  • Con juegos sexuales y flirteos de todo tipo.
  • Con los manoseos y besuqueos que no terminan en acto sexual.
  • Con el consumo de información erótica en los medios.
  • Con los chistes verdes entre amigos o compañeros de trabajo.
  • Con la exhibición cotidiana entre miembros de sexos opuestos.
  • Con la información sexual de la publicidad.
  • Y con todo lo que hoy en día manipula la energía sexual para orientarla al mercado.

La poderosa tensión acumulada en el juego sexual diario, en los preliminares sexuales y en el acto sexual mismo, se libera de golpe en el momento en que el hombre alcanza el umbral eyaculatorio. Al llegar al pico de placer que se denomina “umbral eyaculatorio” o “punto de no retorno”, la tensión sexual del hombre se descarga en forma de orgasmo eyaculatorio, con la consiguiente fatiga. En la mujer, el orgasmo no necesariamente produce tanta fatiga. En el hombre sí, porque en el hombre normalmente el orgasmo incluye la eyaculación, aunque son procesos aparte.

Reacciones que provoca la oxitocina en el hombre y en la mujer durante el sexo

Lo demás lo aportan las hormonas. Por ejemplo, la hormona oxitocina se genera en grandes cantidades en la sangre luego del acto sexual. Esto provoca reacciones distintas en mujeres y hombres. En la mujer la oxitocina puede aumentar la actividad o incluso potenciar el deseo de llegar a otros orgasmos (si es que ya ella llegó al menos a un orgasmo).

En cambio, en el hombre el alto porcentaje de oxitocina por lo general determina una somnolencia profunda, que la mayoría de las veces le hace caer rendido y ponerse a dormir junto a la mujer. Este es otro motivo que nos hace reiterar que el hombre debe ocuparse de hacer llegar a la mujer a orgasmos múltiples antes de permitirse él llegar al orgasmo. Su orgasmo actualmente es eyaculatorio, y eso determina el final del acto sexual antes de que la mujer haya terminado realmente.

Cambios evolutivos sexuales como especie: el sexo es un gozo no sólo procreación

El zoólogo y etólogo Desmond Morris (en su célebre libro El mono desnudo) identifica la relajación después del coito como un recurso evolutivo y reproductivo del ser humano. La relajación y el reposo después de disfrutar del sexo, según Morris, además de crear un ambiente en que puede crecer la intimidad de la pareja, fomenta la postura de acostados. Debido a la posición bípeda del ser humano, la vagina y el útero quedan en posición vertical, y el semen puede escurrirse de dentro de la vagina si no hay un momento de reposo después del coito.

La evolución del ser humano hacia el sexo por gozo y no sólo por procreación, puede resultar peligrosa para la reproducción de la especie. Lo que en otros mamíferos es un coito que termina con la brusca separación de la hembra y el macho, en el ser humano se sofistica y se convierte (o debería convertirse) en intimidad y reposo mutuo. Esto explica la relajación y la somnolencia.

¿Qué pierdo cuando eyaculo? Los orgasmos múltiples

Pero el hombre debería comprender que solamente puede abandonarse a la eyaculación y a la somnolencia si ya llevó a la mujer hasta la cúspide del placer. Los orgasmos múltiples femeninos aportan a la pareja y al hombre una energía extra, que compensan la pérdida energética eyaculatoria. Esta energía orgásmica femenina es algo que pierde el hombre cuando eyacula sin haber traído a la mujer al gozo profundo y al orgasmo múltiple. Es mucho más hermoso y reparador el reposo posterior al acto sexual en que la mujer llegó a orgasmos abundantemente y se siente amada.

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4) ¿Qué les pasa a los hombres después de eyacular?

Todo lo que pierde el hombre cuando eyacula (en términos de nutrientes, hormonas y energía vital), explica lo que sobreviene después de eyacular. Sobre todo si él no ha traído a la mujer a orgasmos, y se queda sin recibir la descarga amorosa de energía orgásmica que ella desea regalarle. Hay ocasiones en que, por casualidad, eyacular no te debilita. Pero esto ocurre en un ínfimo porcentaje de las veces. En la inmensa mayoría de los casos, la eyaculación debilita al hombre y le provoca lo que ponemos resumido en los siguientes puntos (luego ampliaremos más):

  • Agotamiento físico y psíquico que puede llevar a dormir (a veces roncar, junto a la mujer despierta que se ha quedado en ascuas, y que debido a eso en ocasiones llora en silencio).
  • Pérdida total o temporal del interés por el sexo, por la mujer y por la relación de pareja, tanto en la alcoba como en la vida diaria.
  • Pérdida temporal de la capacidad de erección del pene. En verdad, muchos de los problemas de erección que tienen algunos hombres, son el resultado de eyacular con demasiada frecuencia, en especial luego de haber cumplido los 30 o 40 años.
  • Reducción de la actividad cerebral y sensorial, que limita la creatividad, el rendimiento y el emprendimiento en todas las áreas de la vida, sean físicas, laborales, artísticas, de negocios, deportivas, etc.
  • Reducción de los caracteres masculinos (energía activa, proyectividad, emprendimiento, protección, etc.) y aumento de los caracteres femeninos (energía pasiva, apertura, relajación, vulnerabilidad, etc.)
  • Incluso en muchos casos, después de eyacular, el hombre tiene dudas de sí mismo y pérdida de autoestima. Él siente que con la eyaculación se le escapa la masculinidad y la capacidad de ser hombre y amar a la mujer. El hombre actual es cada vez más consciente de esto, y para ayudarle es que escribimos con detalle sobre este tema tan importante.

5) ¿Cómo recuperar la energía después de hacer el amor?

La energía se pierde luego de hacer el amor debido a que, para el hombre eyaculador normal, terminar de hacer el amor es sinónimo de eyacular. Una eyaculación implica una expulsión de una cantidad de energía considerable, no sólo bioquímica y nutricional, sino además vital, lo cual es la respuesta de por qué cuando el hombre eyacula se debilita. Deberías tomar en cuenta aprender a no eyacular al final de cada acto sexual. Si aprendes a controlar tu eyaculación, puedes llevar a tu pareja al orgasmo varias veces sin necesidad de expulsar semen para ello. Incluso, con mucha práctica y mucha constancia, puedes a la larga aprender a tener orgasmos tú sin necesidad de eyacular.

De todos modos, lo normal hoy en día es terminar cada acto sexual con una eyaculación. Para recuperar la energía después de hacer el amor, lo más simple y directo que puedes hacer es descansar, en el sentido de reposar o de dormir bastante. No realices esfuerzos físicos o mentales significativos mientras te recuperas, aunque es bueno haber practicado ejercicios físicos con frecuencia. La preparación física adecuada (no excesiva) te ayuda a recuperarte más rápido de la eyaculación. No tienes que estar delgado, pero conviene no estar obeso. El término medio es perfecto. Es bueno evitar también hábitos como el tabaquismo o el alcoholismo.

Alimentos que ayudan a recuperarse de la debilidad que provoca eyacular

Algo de gran importancia luego de haber eyaculado, es nutrirte bien. Aliméntate adecuadamente, es decir, consume alimentos ricos en proteínas de calidad (con todos los aminoácidos). También consume minerales, vitaminas, oligoelementos, ácidos grasos esenciales, y algo de calorías, ya que la eyaculación consume algunas calorías. Si sientes hambre, come lo que necesites; pero si no sientes hambre, no comas por motivos distintos del hambre real. Si sientes un hambre voraz, como si el cuerpo se hubiera quedado de repente sin combustible, tal vez es el momento de comer alguna fruta, antes de pasar a comer otros alimentos.

Comer carne animal saludable (carnes blancas, aves magras, pescados azules) con un surtido de vegetales de distintos colores y/o cereales integrales, te sentará bien para recuperarte después de haber eyaculado. No en balde los tántricos de la India consumen carnes, pescados y cereales durante el maithuna (rito sexual), además de algunos afrodisiacos naturales. Los afrodisiacos son alimentos y sustancias que potencian la atención sexual y disponen positivamente el cuerpo para el sexo. No olvides además el consumo de agua y de líquidos, para que te hidrates bien.

La eyaculación debilita al hombre: ejercicio para regenerarse

Un ejercicio interesante que puedes hacer para regenerar la potencia sexual luego de haber eyaculado, es masajear suavemente el pene y darles algunos golpecitos delicados a los testículos con los dedos. Incluso puedes masturbar suavemente el pene, pero sin tener intención de eyacular al final. Sólo promueve la erección, aumenta el placer con la mano, pero evita los picos de placer que pudieran provocar la eyaculación. Si logras sostener el placer en el nivel anterior al del orgasmo eyaculatorio, las glándulas sexuales acelerarán el proceso de regeneración de sus licores (sobre todo si te has nutrido bien), y sentirás que tu potencia sexual empieza a regresar.

Sin embargo, más que recuperar la energía después de hacer el amor, deberías tomar en cuenta aprender a economizar la energía seminal en vez de gastarla. Esto permitirá que te conviertas casi en un titán sexual, de energía inagotable, siempre dispuesto a hacer el sexo y a llevar a tu pareja hasta el cielo del orgasmo y del amor. Para que logres esto, el mejor regalo que podemos darte en este punto son algunos consejos para economizar la energía seminal.

6) Seis consejos para economizar la energía seminal

Un conocido nuestro, una vez se refirió a la crisis de su matrimonio usando una alegoría de lo más jocosa. Nos dijo: “Siento que puse todo mi dinero en un solo banco, y que ese banco quebró”. A lo cual nosotros le respondimos, de manera igual de jocosa: “Si aprendes a economizar tu energía seminal y a no dilapidarla eyaculando por hábito, sentirás que tu banco nunca quiebra y que tu capital aumenta con el tiempo”.

Lo primero y más importante para economizar la energía seminal es aprender a controlar la eyaculación (si bien luego hay que dar otros pasos, que también mencionaremos y explicaremos brevemente). Si tienes más energía seminal, puedes hacer mejor sexo. Economizar la energía seminal aumenta la potencia sexual y eleva el rendimiento erótico, mientras que dilapidarla eyaculando una y otra vez, reduce la potencia sexual y la masculinidad. La eyaculación debilita al hombre en todos los niveles de su ser, tanto física como psíquicamente.

Eyacular con menor frecuencia favorece la salud corporal y espiritual, y ayuda a que el pene tenga la erección siempre a punto y nunca le falten ganas de hacer el amor. Puedes empezar a economizar la energía seminal siguiendo estos 6 consejos básicos, aunque hay muchos más que podrás encontrar en nuestros libros. La base de todo es siempre el control de la eyaculación, y por eso este consejo encabeza la lista:

① Aprende a controlar la eyaculación, pero sin reprimir el semen

Si reprimes el semen cuando ya se estaba moviendo hacia afuera, el semen pasa a la orina y lo perderás luego, cuando vayas a orinar. El verdadero control de la eyaculación no se basa en reprimir el semen, sino en mantener el semen sin moverse hacia afuera de sus glándulas, aunque el placer sea intenso o incluso orgásmico. Empieza a intentar no eyacular al final de cada acto sexual. Puedes eyacular al final de un acto y evitar eyacular al final del siguiente, o uno sí y dos no, o con la menor frecuencia que te sea posible ahora.

② No cambien de posición sexual innecesariamente o por moda

La mayoría de las tradiciones sexuales sólo usa 1 o 2 posiciones durante todo el acto. Salvo el Kama Sutra (que no es tan serio ni tan efectivo como muchos creen, y que nada tiene que ver con el Tantra), las tradiciones sexuales más efectivas usan pocas o una sola posición sexual para todo el acto. La más frecuente es la del misionero.

③ Aprende a traer a la mujer a abundantes orgasmos

El hombre es quien debe empezar el acto sexual, penetrar y hacer los movimientos. La mujer debe mantenerse pasiva e inactiva hasta que su cuerpo se caliente y sienta placer realmente. Esto ayuda al hombre en el control de la eyaculación y permite que la mujer no tenga que fingir placer ni orgasmos. Luego, cuando el cuerpo de la mujer ya esté listo, ella también puede moverse como lo desee. De hecho, de un punto en adelante puede ser ella quien se mueva.

Pero la mujer debe dejar atrás algo que el sexo habitual le había programado: moverse sexualmente para buscar la eyaculación del hombre. Ella no gana nada con la eyaculación del hombre, pero está sexualmente programada para actuar como si le importara que él descargue el semen.

Para resolver esto, el hombre debe aprender a traer a la mujer al orgasmo y a no remplazar el orgasmo femenino por su propia eyaculación. Cuando la mujer llegue abundantemente al orgasmo, descargará una energía orgásmica extra en la pareja y en el hombre, y dejará el programa sexual de demandar eyaculación y semen.

④ Aprendan a comunicarse a fondo y a reducir las discusiones de pareja

Se discute con la misma energía con que se hace el sexo. Es una energía que nosotros hemos llamado “psicosexual”. Cuando la energía psicosexual está enredada y no se resuelve en el buen sexo, entonces surgen los deseos de discutir. Si la pareja discute, probablemente no hará el amor, y en cambio, si hace el amor bien, es muy probable que desaparezcan los deseos de discutir.

Discutir no es un acto inmoral ni nada por el estilo. Una discusión de vez en cuando no está mal, y puede ser incluso útil para destrabar energías. La pareja que de veras se ame con pasión, alguna que otra vez discutirá con esa misma pasión. Pero las discusiones de pareja no deben ser un hábito, y mucho menos deben ser la única vía para destrabar energías profundas. Para eso está la comunicación a fondo, que es algo que hay que incluir en la relación.

Pareja amándose en la cama y feliz porque el hombre aprendió a controlar la eyaculación

⑤ Abandonar el juego sexual cotidiano o el mal uso de la energía sexual

De momento, abandonen cualquier actividad o juego sexuales que no se dirijan realmente al acto sexual. El juego sexual cotidiano (manosear, besar, bailes sexuales, hacer chistes sexuales, consumir porno o material audiovisual con alto contenido sexual, competir dos machos por una hembra, etc.), gasta una gran cantidad de energía sexual, en especial si no se dirige a un acto sexual real.

Además, el juego sexual crea una excitación anticipada en el hombre, que provoca que luego él vaya al sexo solamente a liberar de golpe la tensión sexual acumulada. El juego sexual conecta al hombre con su lado más animal. Le lleva por el camino sexual automático de terminar de descargar en breve, en forma de semen, la tensión sexual que había empezado a acumular desde horas o incluso días antes.

No es una conducta muy distinta del juego sexual de apareamiento y reproducción en los animales. Los animales juegan al sexo durante horas o días, para generar una tensión en el macho que le obligue a descargar el semen en unos pocos minutos. Si realmente somos seres evolucionados, todo ese juego no debería formar parte del acto sexual humano. El juego sexual es una de las causas del fracaso del sexo y de la pareja, debido a todo lo que pierde el hombre cuando eyacula.

⑥ Alargar el acto sexual, pero hacerlo en varios momentos del día

Aprendan a alargar el acto sexual, pero no todo de una vez, sino por partes. En otros escritos hemos comentado que es conveniente empezar a extender el tiempo que dura el acto sexual. Ya sólo alargar el acto sexual es una gran ganancia para la pareja. Pero tal vez si el hombre intenta alargar el sexo sin haber aprendido del todo a controlar la eyaculación, ese esfuerzo le canse.

Un modo de evitar esto es que, en vez de hacer un solo acto sexual en el día, la pareja disfrute de varios actos sexuales menos extensos a lo largo del día. Esto fomenta el buen estado de ánimo, además de que favorece la sensibilidad y la capacidad orgásmica de la vagina. La mujer llegará más fácil a orgasmos si el hombre la penetra y permanece con ella sin irse antes de tiempo en distintos momentos del día.

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10 EJERCICIOS PARA APRENDER A CONTROLAR LA EYACULACIÓN

Controlar la eyaculación es la base del buen sexo. Cualquier otro logro sexual depende de si has aprendido cómo controlar la eyaculación. En este Ebook encontrarás ejercicios prácticos, paso a paso, desde el nivel más simple hasta el nivel avanzado. Todo lo que necesitas para aprender a controlar la eyaculación a voluntad. El libro incluye muchos consejos sobre cómo mejorar cada vez más el acto sexual y convertirte en el buen amante que todo hombre es por naturaleza.

7) ¿Qué pasa en el cerebro cuando un hombre eyacula?

Muchas veces se ha dicho que el principal órgano erógeno es el cerebro, y eso es totalmente cierto. Tal es así, que siempre que se produce lo que se llama “sueños húmedos” o “sueños líquidos” (lo mismo que la ciencia denomina “poluciones nocturnas” o “eyaculaciones nocturnas”), el orgasmo eyaculatorio ocurre por vía de la estimulación cerebral. En estos casos la eyaculación ocurre a partir de la escenificación de una fantasía sexual, o partir de la vivencia onírica del placer intenso con un ser de sueños, sin que necesariamente medie la estimulación directa del pene.

Los sueños húmedos pueden producirse especialmente cuando el hombre ha hecho abstinencia de eyaculación durante un tiempo. Esto no es sólo un fenómeno psicológico, sino además neurológico, es decir, que implica al cerebro como órgano físico. El cerebro necesita nutrientes para sostener la atención sexual del hombre, y paradójicamente, estos nutrientes el cerebro los tiene en mayor abundancia cuando el hombre no ha eyaculado durante un tiempo. Por eso hemos dicho que el control de la eyaculación, o la economía de semen, es el más poderoso afrodisiaco natural. Conservar el semen aunque hagas el amor, ayuda a que el cerebro, órgano erógeno, se interese poderosamente en el sexo.

De hecho, los conocimientos sexuales del Oriente que recomiendan el uso de afrodisiacos naturales o de la contemplación de la actividad sexual como estimulante, lo hacen a partir de la noción de que dichas sustancias potencian y sostienen la atención sexual, no sólo el estímulo genital. Pero estos mismos caminos son los que aseveran que nada puede lograrse si el hombre no aprende a conservar el semen en el cuerpo y a sublimarlo en una intensa atención sexual. Ninguna sustancia afrodisiaca puede potenciar el deseo sexual si el pene no economiza su energía básica. Conservar la energía seminal a través del control de la eyaculación, evita que el hombre se debilite.

La eyaculación debilita el cerebro del hombre

Todo esto explica por qué el hombre, luego de eyacular, deja de interesarse sexualmente por la pareja con la que está. Después de la pérdida del semen, la eyaculación debilita al hombre y él incluso pierde el interés por la belleza femenina más estereotípicamente sexy que exista, o por la más bizarra pornografía que hasta hacía unos segundos le captaba fuertemente la atención. Salvo excepciones, él tiene que esperar un tiempo y nutrirse bien, no sólo antes de que el pene sea capaz de tener una erección, sino incluso antes de que el sexo le interese realmente.

Cuando un hombre eyacula, el cerebro momentáneamente reduce sus capacidades debido a la enorme descarga de energía bioquímica, hormonal y vital. Como vimos más arriba, uno de los nutrientes que se escapa con la eyaculación es una buena porción de glucosa (el azúcar en sangre), que es la principal fuente de energía del cuerpo y es el combustible esencial del cerebro.

Al eyacular una abundante cantidad de semen (que será mayor mientras más larga haya sido la abstinencia previa), puede que percibas con menos intensidad. Puede que escuches menos o que veas borroso. O tal vez lo que ocurra sea que los colores y sonidos te resulten menos brillantes o significativos, porque ni siquiera te interesa lo que percibes. De hecho, el extraordinario interés que tenía en la mujer antes de eyacular (que podía llevarle a cruzar montañas heladas por ella), desparece sin dejar rastros cuando la eyaculación debilita al hombre.

La eyaculación desgasta la atracción sexual

Probablemente te quedes dormido de tanta fatiga y relajación. A fin de cuentas, al eyacular, el cuerpo acaba de completar una de sus funciones más importantes, que es procrear nuevos seres humanos. El cuerpo, de manera inconsciente e inevitable, siente la procreación como un deber sagrado, y moviliza una ingente cantidad de recursos para estar a la altura de ese deber.

Antes de eyacular se genera una gran tensión sexual, que se descarga de una vez junto con el semen. Por eso, cuando el acto sexual es meramente eyaculatorio y no genera amor, la atracción desaparece luego de la eyaculación, y el cuerpo del hombre queda tan flácido como el pene. No obstante, junto con “la profunda relajación del deber cumplido” para con la especie, dentro del hombre queda un remanente de culpa por no haber cumplido su deber para con su compañera directa, su mujer. Eso muchas veces le quita la gracia al descanso eyaculatorio. Es una bomba de tiempo emocional, una amenaza oculta agazapada y lista para saltar contra la paz conyugal y destruirla.

Con esto ocurre algo semejante a otra función de las más vitales, la digestión, que es uno de los momentos fundamentales del metabolismo. Tal como al empezar la digestión el cerebro queda con poca energía porque casi toda se dedica al “segundo cerebro” (el plexo solar o plexo celíaco, que controla la digestión), así mismo ocurre luego de eyacular. La actividad cerebral consciente pasa a un segundo plano temporalmente, luego de que el cuerpo masculino ha realizado la épica donación de energía que se dirige a crear un nuevo cuerpo. La siesta posteyaculatoria es semejante a la postprandial.

El épico potencial energético que se desgasta en una eyaculación

La reproducción es una de las actividades más importantes que realiza nuestra especie. La energía física, bioquímica, psíquica, hormonal y vital que se dedica a completar la procreación, es enorme. Y eso se cumple en cada eyaculación, incluso si la expulsión de semen no tiene como objetivo procrear. En realidad, más allá de unas pocas veces en la vida, el hombre no eyacula para procrear. Pero técnicamente cada eyaculación normal puede contener entre 150 y 200 millones de espermatozoides, aunque eso depende de muchos factores. De cualquier modo, en una eyaculación normal hay espermatozoides suficientes como para repoblar un país federal de los más grandes y superpoblados (como Rusia, Brasil, México o Japón).

Todo ese épico potencial energético (que de ningún modo puede reducirse a los valores nutricionales del semen), va incluido en el pequeño volumen de una eyaculación de un hombre. Dicho volumen normalmente no pasa de 4 a 6 mililitros, el equivalente a 1 cucharadita o TSP de semen.

8) ¿Por qué cuando el hombre eyacula se debilita la relación?

Tal vez ya habrás escuchado las teorías, un poco amargadas, que dicen que “el amor es un proceso bioquímico”, y que no tiene nada de poético. Son teorías que nacen de personas decepcionadas, que gustan de ocultar su amargura debajo de la frialdad de la terminología científica. Desde aquí desmentimos esas teorías. El amor es el estado más glorioso que puede alcanzar el ser humano, y no es un proceso bioquímico. El amor ni siquiera puede reducirse a un sentimiento. El amor es un estado de conciencia que se genera mediante el acto sexual profundo y que se fortalece con el paso del tiempo (siempre y cuando las personas aprendan a hacer bien el sexo).

A lo que aquellas amargas teorías se refieren no es al amor, sino al enamoramiento, que no es lo mismo que el amor. El enamoramiento sí que es un proceso bioquímico y hormonal, y se evapora casi de golpe cuando la eyaculación desgasta los nutrientes y hormonas que condujeron a enamorarse. Este proceso de enamorarse perdidamente y andar como dopado, y con ese mismo impulso desenamorarse y volver a poner los pies en el suelo, no toma más de tres meses y algunos actos sexuales eyaculatorios.

Una de las cosas más notables que ocurre luego de que el hombre eyacula, es el debilitamiento de la relación. Eso puede notarlo cualquiera, y es de este fenómeno que surgen las teorías amargas y desesperanzadas que confunden el amor con el enamoramiento. Casi siempre que una relación inicia (o así era antes de la presente era de promiscuidad sexual y desesperanza), inicia con un enamoramiento. El enamoramiento vuelve invisibles los defectos del ser del que te enamoras, y te hace invulnerable a molestias psíquicas o incluso físicas. Se activan las mismas hormonas que nos protegen del dolor excesivo.

Enamoramiento y promiscuidad

El enamoramiento es un proceso bioquímico, hormonal e inconsciente, que se dirige a procrear. El enamoramiento es algo así como un gancho biológico que garantiza que asumamos con gusto el acto de realizar actividades como la procreación y la paternidad, que exigen grandes dosis de energía. Si tomas en cuenta que casi todo enamoramiento llena como de brillo la realidad, nos embriaga de lo nuevo, intensifica los colores, exacerba los sentidos, hace latir el corazón más rápido, reduce o elimina los dolores, entonces hay que decir que de hecho es una especie de dopaje hormonal y bioquímico que anestesia los rigores de la procreación.

La naturaleza hormonal y bioquímica del enamoramiento, explica por qué, cuando los enamorados llegan finalmente al acto sexual, la enorme pérdida de energía que ocurre con la eyaculación tiende a disipar el enamoramiento. Sobre todo luego de varios acto sexuales, del enamoramiento no queda nada y por eso las relaciones duran muy poco o casi nada.

Esto también explica por qué las personas promiscuas, que van al sexo casi en el mismo momento de conocerse, apenas se enamoran: puede que sientan un estimulante pico hormonal durante unas horas, que cae en picada cuando el hombre pierde la energía seminal. Por eso la promiscuidad puede volverse adictiva. La promiscuidad no es más que una especie de adicción a los inicios de relación, a los síntomas hormonales y bioquímicos del enamoramiento y la novedad.

9) ¿Qué pierde el hombre cuando eyacula masturbándose viendo porno?

Al eyacular masturbándose mientras consume porno, la eyaculación debilita al hombre doblemente. Y decimos que lo debilita doblemente, no porque en esa circunstancia el hombre eyacule más y pierda más semen (cosa que puede ocurrir). Lo decimos principalmente porque al masturbarte y eyacular viendo porno, expulsas el semen y lo pierdes sin recibir nada a cambio.

Durante la actividad sexual con el cuerpo de una mujer en la vida real, aunque el coito casi nunca sea muy bueno, al menos ocurre un intercambio de energía básica femenina y masculina: el hombre le da energía masculina a la mujer, mientras que la mujer le da energía femenina al hombre. Este intercambio de energías sexuales Yin y Yang de las que tanto habla la sexualidad taoísta, es de suma importancia. Complementa profundamente al ser humano y lo fortalece como individuo y como especie.

En cambio, al masturbarse y derramar el semen sin intercambio con el cuerpo de una mujer real, a todo lo que pierde el hombre cuando eyacula normalmente, se suma la pérdida de no ganar nada, de no recibir la inmensa cantidad de energía que el cuerpo femenino puede entregar al hombre durante el sexo. Como siempre decimos en el Amor Sexual, el hombre se deprime por defecto o falta de energía mientras que la mujer se deprime por exceso o sobra de energía. La energía que a la mujer le sobra es la misma que al hombre le falta.

Tal como asevera la erótica tradicional, a través del cuerpo de la mujer vienen al mundo energías divinas, que el hombre debe descargar llevándola a ella múltiples veces al orgasmo. Por eso se dice que la mujer “se entrega” mientras el hombre “la toma”. Nada de esto ocurre cuando la eyaculación ocurre en solitario, mediante masturbación con porno. Además, la soledad de la masturbación genera a priori ansiedad, y a posteriori genera culpa y depresión. Este círculo vicioso de ansiedad preeyaculatoria seguida de culpa posteyaculatoria, puede convertir la masturbación frente al porno en un hábito crónico.

La eyaculación debilita al hombre y disminuye la capacidad espiritual

Desde la óptica oriental, la baja capacidad espiritual, más que un fenómeno moral o teológico, es una consecuencia de una profunda falta de energía. La medicina oriental suele explicar la depresión, no como un trastorno psicológico sino como un déficit energético. La depresión crónica que tanto aqueja al ser humano contemporáneo, es especialmente el resultado de un déficit energético como consecuencia del exceso de actividad sexual eyaculatoria desgastante. Tal vez esto explica algo que la ciencia ha estudiado: el hecho de que la depresión, la poca energía e incluso la pérdida de la espiritualidad, son estados frecuentes en personas promiscuas, de actividad sexual libertina y desordenada.

En los tiempos más recientes la sociedad completa se ha vuelto depresiva e hipersexual a la vez, a medida que la energía seminal se dilapida en un frenético libertinaje sexual. Esto se cumple especialmente en la masturbación durante el consumo de porno, que es la actividad sexual más narcisista posible. En nuestros días casi siempre esto desencadena una pseudo sexualidad debilitante practicada online, en redes sociales, chats eróticos, shows porno, etc. Si quieres saber más sobre este tema, te recomendamos una publicación nuestra de Instagram, titulada Sexo virtual vs. Sexo cuerpo a cuerpo (Galería con 10 fotos bien explicadas).

Debemos decir que, con el auge de la Internet y de la pornografía digital, los índices de masturbación frente a la pantalla han subido peligrosamente. Y como es una actividad que por lo general se hace en solitario y sin la menor medida, las personas tienden a volverse masturbadores crónicos, de modo que, o no buscan el sexo con parejas reales, o debilitan y pierden las relaciones que tengan con parejas reales.

Porque, por supuesto, luego de la masturbación frente al porno desparece el interés sexual por la pareja real. De hecho, hemos notado a través de nuestra consulta confidencial en Amor Sexual, que la masturbación con porno y las relaciones sexuales con perfiles de chat, se han vuelto dos de las principales causas de crisis y rupturas de pareja.

Debido a todo lo que pierde el hombre cuando eyacula, en su caso ocurre más. Pero la mujer no está exenta de sustituir a un hombre real por un perfil con el cual se masturba frente a la pantalla, imaginando que eso puede reemplazar a hacer el amor. En estos casos da igual que se trate de hombre o mujer, y las personas se declaran homosexuales, bisexuales, etc., sin serlo realmente. Todo ocurre en la imaginación, y en la práctica no pasa de ser una masturbación.

chat erótico entre un chico y una mujer en lencería negra

10) ¿Qué pierdo cuando eyaculo? Según la medicina tradicional y el Tantra

Son varios los puntos de vista tradicionales que explican por qué cuando el hombre eyacula se debilita. Se atribuye a Galeno, médico romano de entre los siglos II y III, la frase latina de Post coitum omne animal triste est (“Todo animal está triste después del coito”). Sin embargo, la frase no aparece en ningún escrito oficial de Galeno, y puede que incluso la haya escrito Ovidio, el célebre autor de El arte de amar (Ars Amandi), cosa que tampoco se puede afirmar categóricamente.

Con frecuencia, la frase atribuida a Galeno se enriquece con esta variante: Post coitum omne animal triste est sive gallus et mulier (“Todo animal está triste después del coito, excepto el gallo y la mujer”). Esta variante termina de aclarar que la causa de la tristeza es precisamente la eyaculación. Es bastante dudoso que la mujer termine sin tristeza el acto sexual sólo por el hecho de no haber eyaculado. Pero de todos modos vale el conocimiento que aporta la frase.

Sea cual sea el origen de ese conocimiento, en la actualidad existe un concepto derivado de él: la llamada “tristeza postcoital” (en inglés sería post-coital tristesse), que en todo caso está reconociendo que la eyaculación no es tan feliz como la pintan en el porno. Luego de la supuesta gloria de disparar el semen, que la pornografía tanto magnifica, el hombre cae en picada hacia la debilidad y la fatiga. Esto tienen mucha relación con que en francés a veces se le llame al orgasmo eyaculatorio petit mort (frase que se traduce como ‘pequeña muerte’).

Muchos han intentado dar respuesta a la pregunta de por qué cuando eyacula se debilita. A fin de cuentas, es muy evidente la sensación de pérdida (o incluso desgarramiento) que experimenta casi siempre cualquier hombre al eyacular, y que le lleva a preguntarse: ¿Qué pierdo al eyacular? O: ¿Qué pierdo cuando eyaculo? Algunos responden que el hombre lo pierde todo después de eyacular, mientras que otros responden que no lo pierde todo, pero sí pierde mucho. Pero a nadie se le ocurre negar una verdad tan rotunda como que la eyaculación debilita al hombre.

Galeno no es la única autoridad histórica que ha dado una respuesta a la interrogante de por qué cuando el hombre eyacula se debilita. También muchos caminos psicoespirituales de Oriente y de Occidente han intentado dar una explicación a este fenómeno. Por ejemplo, la medicina tradicional china asevera que la proverbial longevidad de los chinos procede del conocimiento de la importancia de conservar el semen durante el acto sexual y no expulsarlo ni siquiera durante los orgasmos.

Citas de Tantras originales que responden a la pregunta: ¿por qué cuando el hombre eyacula se debilita?

El Tantra (tanto en la variante hinduista como en la budista), en varios de sus libros afirma que la eyaculación del semen es la muerte para el hombre. Cualquier tipo de evolución sexual se basa en aprender a dirigir la energía seminal “hacia adentro y hacia arriba, no hacia afuera y hacia abajo”. Aquí tienes algunas citas de escrituras tántricas originales que explican por qué cuando el hombre eyacula se debilita (la traducción de las citas es nuestra):

  • “La eyaculación del semen es muerte, preservarlo dentro es vida; por lo tanto, que el yogui conserve su semen con gran cuidado”. Shiva Samhita, Tantra Yoga
  • “El bindu (semen) es la raíz de todos los cuerpos… desde la cabeza hasta la planta de los pies. Para aquellos que realizan el kechari-mudra, el semen no se derrama, incluso durante la unión sexual con una mujer”. Goraksha Samhita, Tantra Yoga
  • “El semen y el prana deben fluir hacia el Yoni en la frente, no hacia afuera y hacia abajo. Incluso siendo seducidos por el poder embriagador de atracción de la vulva, deben fluir hacia el Yoni en la frente en lugar de fluir en cualquier otra dirección”. Yoni Tantra, tradición tántrica de Assam, comentado desde la tradición Kriya Yoga
  • “La verdadera unión sexual es la unión del Ser con la Diosa suprema, no la unión sexual con semen”. Yoginī Tantra, tradición tántrica de Assam
  • “Al comenzar la unión sexual, conserva el fuego del inicio, y así prosigue, evitando las cenizas (el veneno o la muerte) del final”. Vigyan Bhairav Tantra, Shivaísmo Tántrico de Kashmir
  • “No perderé mi mente y visión durante la unión sexual. Mantendré firmemente el propósito de usar el placer como camino… No emitiré el semen y mantendré una actitud pura… En la práctica Kalachakra, la emisión del semen (bodhicitta blanco) es la caída radical”. Kalachakra Tantra, tradición Vajrayana o Budismo Tántrico

Dentro de algunos sistemas de conocimiento sexual orientales, el semen posee una rica terminología. La energía seminal, mientras está debajo es semen y se denomina bindu. Cuando se reabsorbe se denomina medhra, y cuando se eleva mediante el buen acto sexual y la sublimación, se denomina boddhicitta. La energía seminal ya sublimada y espiritualizada se denomina śukra, y es la fuente de cualquier actividad espiritual superior, incluida la apertura del tercer ojo (Ajna Chakra). Desde este punto de vista, el semen (o más bien la energía seminal o śukra) es ni más ni menos que el alimento de las funciones espirituales del cerebro.

La eyaculación debilita al hombre según las tradiciones hebreas, cristianas y del cuarto camino

Incluso algunos conocimientos bíblicos hablan del inmenso poder que pierde el hombre cuando eyacula. La Kabbalah hebraica, la alquimia y el Cuarto Camino de Gurdjieff, relacionan la “caída” teológica o el pecado original del ser humano, con el hecho de que Adán adquiriera la capacidad de eyacular luego de haber comido el fruto del Árbol del Conocimiento. Desde el punto de vista de dichos caminos, el control de la eyaculación es la Piedra Filosofal de la evolución humana o de la recuperación del paraíso. En esta línea, también Santo Tomás de Aquino escribió en su Summa Theologiae que, al perder el semen, el hombre pierde su capacidad de ser espiritual e ir más allá del nivel corporal o criatural.

11) La eyaculación debilita al hombre: El poder orgásmico que él pierde cada vez

El poder orgásmico del pene se escapa con la eyaculación, pero no eyacular puede generar ansiedad inconsciente. Para que no eyacular no genere ansiedad, el hombre debe volverse consciente de su sexualidad, y comprender profundamente el sexo. El verdadero poder orgásmico del pene tiene que ver con no tener ni siquiera intención de eyacular, para que el placer ascienda sin trabas a través de la espina dorsal y se transmute en amor a la altura del corazón. Gracias a ser consciente de esto, la energía sexual no se bloquea a nivel genital como en la mayoría de los hombres. Así se resuelve la contradicción de que él inconscientemente esté tratando de eyacular, aunque conscientemente esté intentando lo contrario.

El poder orgásmico del pene incluye conservar la energía seminal el mayor tiempo posible dentro del cuerpo. Esto no implica aguantar la eyaculación o reprimir el semen, sino intentar gradualmente reducir la frecuencia con que eyaculas al hacer el sexo. A la larga se llega a eyacular solamente cuando el cuerpo en verdad necesite evacuar el semen, necesidad que poco a poco se va haciendo menos frecuente. Sólo el acto sexual hecho con el poder orgásmico del pene, genera en la mujer no sólo orgasmos realmente intensos y múltiples, sino además orgasmos de amor.

Sólo un pene que conserve su poder seminal más allá del placer y del orgasmo, puede viajar profundamente a través del sexo hasta el amor, y conocer los deleites paradisiacos de la diosa que se despierta en la mujer. Una mujer adora hacer el amor con un hombre así, y también el hombre disfrutará en un grado tan elevado como hoy no conoce: conservando este poder en su cuerpo, él puede amarla a ella como a una diosa, y ella lo amará a él como a un dios.

No hay un promedio general para decidir cuándo eyacular y cuándo no es necesario: cada hombre sabrá cuándo necesita eyacular. (No obstante, si deseas un calendario con la frecuencia eyaculatoria conveniente para cada edad según el Taoísmo, puedes ver el libro Los secretos de la sexualidad taoísta, de Chian Zettnersan.) Pero en principio, mientras más el hombre gradualmente aprenda a conservar su energía seminal dentro del cuerpo, más aumentará la calidad del acto sexual, y más crecerá la conciencia directa de lo trascendente (ya sea que prefieras percibirlo como algo divino más allá de lo humano, o como un misterio inescrutable).

Hay hombres que permanecen durante un tiempo muy prolongado sin eyacular, y que por nada del mundo eyacularían sino en momentos señalados: es demasiado bueno lo que reciben a cambio de ese dulce sacrificio. Incluso hay quienes no eyaculan casi nunca. Y no hay nada de sufrimiento o trastornos físicos en esto, y sí un enorme gozo, una buena salud y un gran vigor.

Si el hombre aprende a lograrlo de modo gradual (siguiendo los tres niveles del ejercicio de Bloquear la corriente al orinar), su cuerpo llega a transformarse de modo tal que alcanza esto naturalmente, sin represiones ni privaciones. Así que no hay que renunciar a la eyaculación de buenas a primeras. Para comenzar, está bien con extender cada acto sexual lo más posible, aunque eyacules al final. Poco a poco tú mismo desearás ir más allá, y empezar a eyacular al final de un acto sí y otro no, uno sí y dos no, o según la frecuencia que vayas decidiendo.

Las numerosas bondades de conservar la energía seminal y desarrollar el poder orgásmico del pene, no se pueden enumerar todas aquí. El hombre y la mujer tendrán más de una grata sorpresa, pues la energía seminal no eyaculada es el combustible para realizar los vuelos más lejanos, para hacer realidad los anhelos que parecían inalcanzables.

12) La eyaculación debilita al hombre, y la economía seminal lo fortalece

Para cerrar este artículo volviendo a uno de sus puntos de partida, traigamos una cita del filósofo Fernando González acerca de la famosa frase (que vimos más arriba) de que todo animal posteyaculatorio es triste. La cita de Fernando González que en breve traeremos, y que con fina ironía habla de la castidad y nos enseña a apreciarla, requiere un poco de aclaración.

Aquí la castidad no debe identificarse con la abstinencia sexual, sino todo lo contrario. La castidad, en tanto economía seminal, debe apreciarse como potenciadora de la actividad sexual. Puedes hacer todo el sexo que desees, y si lo haces con una pareja estable y sin necesariamente eyacular cada vez, estarás siendo perfectamente casto. La castidad tiene que ver con el ahorro de energía seminal, aunque practiques sexo intenso y frecuente.

Dice la cita de Fernando González (tomada de su libro Viaje a pie), repleta de ironía fina, buen humor y conocimiento sexual:

“‘El hombre después del coito es animal triste’. Porque es la entrega de nuestra fuerza vital. Ella, mientras estaba en nosotros, nos hacía desear; hermoseaba el universo, pues de no ser así no desearíamos. Entregamos la vida en potencia para la formación de otros seres. Somos entonces la imagen del saco vacío. El organismo queda flácido…

¡Mejor que el calor del sol en la mañana eres tú, Castidad! Porque las glándulas seminales son el origen de la vida. Y la vida es deseo. La castidad hace crecer el deseo y el corazón rebosa de alegría. ¡Te amamos, castidad de ojos provocadores, porque el amor es bueno cuando tú presides! Somos castos y por eso el aire, y el cielo, y el agua, y el olfato, y el gusto, y el tacto, y el oído, son acariciadores para nosotros. ¡Somos castos para poder amar! ¡Esta es la verdad!”

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