Todas estas cosas que a continuación listaremos, son las que la mujer espera del sexo —lo sepa ella conscientemente o no. La mujer intuye estos anhelos dentro de ella —incluso sin palabras— mientras ella es virgen. Pero luego de que ella deja de ser virgen, poco a poco el sexo habitual, con su brusca tontería sin amor y sin placer verdadero —salvo el breve placer eyaculatorio del hombre—, le va desgastando a ella sus esperanzas de amor, hasta casi borrarlas de su bella mente y de su dulce corazón. No obstante, para la mujer estos anhelos de gozo de amor son indelebles, y ella los conserva dentro de sí misma durante toda su vida. Así pues, lo que la mujer espera del sexo es:

Orgasmos. Por supuesto, la mujer adora que el gozo sexual crezca poderosamente dentro de sus genitales, y entonces la crecida de placer estalle en profundos y ricos orgasmos, de modo que su corazón y su sexo se unan en una sola sensación.

Amor. Tal vez la mujer no sea del todo consciente de esto que ahora diremos, o tal vez ella no lo diga con estas palabras exactamente; pero ella intuye profundamente que el sexo es lo mismo que el amor, y que el amor se hace en el acto sexual y no en ninguna otra actividad de la vida —ni material ni espiritual.

Pasividad. Hemos dicho que la pasividad sexual no es idéntica a la inactividad sexual. La mujer puede estarse moviendo paroxísticamente durante el acto sexual y los orgasmos, y no deja por ello de ser pasiva. La pasividad tiene que ver con ser conducida durante el acto sexual. Esto la libera a ella de un peso psicológico en el momento del acto sexual, y le permite hacer un vuelo sin el peso de tener que ocuparse de algo para lo que en realidad ella no está preparada.

­

Romance. Esta palabra cobra su sentido verdadero no en su uso habitual en los medios, sino cuando el amor se hace bien. Cuando el sexo se hace bien, la energía sexual acrecienta la conciencia, y los amantes —particularmente la mujer— comienzan a percibir la realidad como un sitio lleno de magia, como en bellos poemas y hermosas fábulas. Y ella y su amante, por supuesto, se sentirán mutuamente enamorados, como si cada vez acabaran de conocerse.

Felicidad. La felicidad, para la mujer, no se reduce al bienestar económico. La felicidad, la más básica y elemental felicidad para la mujer, nace de alcanzar la satisfacción absoluta en el acto sexual. Pues cuando ella alcanza la realización sexual, se desvanecen de dentro de ella todos los malos humores, negatividades, odios, desamores, dudas, confusiones y tribulaciones.

Estabilidad. A la mayoría de las mujeres les gustan las relaciones serias y profundas. “Serias y profundas” no tiene nada que ver con poner cara seria, sino con profundizar cada vez más en el acto sexual y en la relación emocional. Sólo por esto es que la mujer espera que una buena relación sea estable: ella no puede manifestarse por completo dentro de una relación superficial.

Hijos. En este caso, hablamos de hijos no sólo en un sentido físico procreativo sino además en un sentido espiritual. La reproducción es importante, por supuesto, pues sin ella, no estuviéramos aquí. Pero una relación sexual es procreativa sólo en pocas ocasiones en la vida. El resto de las veces, el sentido del término “hijo” dentro de una relación sexual adquiere un significado espiritual: trascender las oposiciones entre lo femenino y lo masculino, es decir, entre la mujer y el hombre, procreando un “tercero” espiritual a partir de los dos.

­

Buena salud. Por lo general, los problemas crónicos femeninos más comúnmente relacionados con el sexo, tienen su raíz en el acto sexual mal hecho. Nos referimos a los trastornos menstruales como la irregularidad, el exceso o el defecto en el sangrado, y muchos de los casos de calambres menstruales —punzadas en el útero— y demás componentes del llamado “síndrome premenstrual” —cuando no se deben a padecimientos orgánicos reales—; es decir: cefalea o dolor de cabeza, migrañas, irritabilidad, estrés, confusión, desorden emocional, depresión, astenia, diarreas, estreñimiento, mareos, etc. También nos referimos a los supuestos padecimientos femeninos, más específicamente sexuales, llamados “ninfomanía”, “frigidez” y “anorgasmia”, o incluso promiscuidad. Y finalmente nos referimos a la menopausia y el climaterio vividos por la mujer como un período traumático. Incluso dentro de esta lista pueden incluirse padecimientos orgánicos relacionados con los genitales y los órganos reproductivos, y padecimientos psicofísicos como las neurosis, o a veces el sadomasoquismo. Todos, todos estos supuestos padecimientos quedarían completa o parcialmente resueltos si la mujer pudiera hacer el sexo con un hombre que se haya dedicado a aprender a hacerlo bien, y se dedicara a convertir en realidad para ella todos los puntos que hemos descrito en esta lista de lo que la mujer espera del sexo.

Puedes ampliar este tema y enriquecer tu vida sexual leyendo nuestros libros:

  • ¡Oferta!

    Orgasmos múltiples: Una lluvia de estrellas

    El precio original era: 15.00$.El precio actual es: 10.00$.
    • EUR: € 9.25
    • GBP: £7.87
    • MXN: $169.68
    • ARS: $8,930.00
    • CLP: $9,090.80
    • COP: $38,387.50
    • PEN: $37.46
    • UYU: $385.53
    • BOB: $68.60
    • BRL: $52.05
    • CRC: $5,153.70
    • CUP: $240.00
    • DOP: $587.90
    • GTQ: $77.67
    • HNL: $246.60
    • NIO: $366.24
    • PAB: $10.00
    • PYG: $75,302.60
    • SVC: $87.50
    • VES: $364.21