El orgasmo femenino es una delicia que regenera la feminidad, la gracia y el gusto de vivir de la mujer. Ella puede tener varios tipos de orgasmos, porque ella es por naturaleza un ser de orgasmos múltiples. Pero el más intenso de los orgasmos puede todavía no ser un orgasmo de amor, que es el que ella más anhela. Para que el orgasmo sea de amor, se requiere más que técnica sexual: se requiere que la mujer sea realmente amada. No es cantidad de orgasmos lo que ella anhela, sino que sean orgasmos de amor, orgasmos que estallan bellamente luego de que ella ha sentido con intimidad la presencia de su hombre amándola en lo más profundo de su vagina y de su ser. Cuando ella sienta el sexo y el amor unidos, conocerá los orgasmos abundantemente y con facilidad, y la vida se le volverá un romance.
El orgasmo femenino completo —si su amante es capaz de permanecer con ella— suele ser dulcemente amoroso, y necesita ser tan compartido con su pareja, que si el estímulo de la pareja cesa en ese momento, el orgasmo de ella se detiene. Por eso el hombre debe aprender a ser un buen amante —debe permanecer sin eyacular al menos el tiempo suficiente—, para que el orgasmo de ella no sólo no se detenga y avance sensiblemente hasta el final, sino que además ella pueda llegar al orgasmo más de una vez en el mismo acto.
Pero no es sólo cantidad de orgasmos lo que la mujer anhela, sino que sean orgasmos de amor: orgasmos que estallan bellamente dentro de ella luego de que ha sentido cada vez con más intimidad la presencia de su hombre completamente abierto a ella y amándola no sólo en lo más profundo de su vagina, sino también en lo más profundo de su ser. Esto ella sólo lo permite cuando la relación es real. No hay engaños posibles con la mujer en este sentido.
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