La vía tántrica moderna de Barry Long

Sin dudas, Barry Long es uno de los maestros espirituales más originales y notables de la contemporaneidad occidental. Nacido en Australia, casado y con una exitosa carrera de periodista, en cierto momento abandonó todo y comenzó un arduo camino de evolución espiritual —incluido un fructífero período de tiempo viviendo en la India y los Himalayas—, camino que poco a poco lo conduciría a convertirse en un maestro iluminado.

Habló y escribió —en un inglés de estilo simple y exacto— sobre numerosos temas, desde sobre los orígenes del hombre y el universo, o cuestiones tan prácticas como en qué consiste la esencia de la meditación, cómo hacer el amor, o cómo educar correctamente a los hijos, hasta temas de acuciante actualidad tales como la historia política del mundo, el terrorismo paranacional, o un posible fin del mundo —la mayoría de estos conocimientos ya están publicados en diversos soportes y géneros, desde libros, artículos, poesía y entrevistas, hasta charlas y materiales audiovisuales de diversa índole. Sobre su enseñanza dijo: «Yo sólo hablo del amor, la vida, la verdad, la muerte y Dios».

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Amor y sexo verdadero son una misma cosa

Es necesario acotar que para Barry Long, tal como para todo maestro genuino, el amor y la sexualidad no son cuestiones separadas, y el amor es uno de los principales problemas a resolver en la vida del ser humano de todos los tiempos —si es que no el principal problema. En diversos pasajes de su obra puede leerse así: «El amor es la esencia de la pirámide de la existencia, y no parte de ella» (Only fear dies); además de:

«La mujer tiene que ser amada. El futuro de la raza humana depende de que la mujer sea amada, porque sólo cuando la mujer sea realmente amada podrá el hombre ser realmente él mismo y recuperar su autoridad perdida. Sólo entonces la paz podrá retornar a la tierra». (Making love; sexual love the divine way.)

En una entrevista comentó:

«La naturaleza de la mujer es amor absoluto y completo. Ella es Dios en forma femenina en la existencia. Y si ella logra alcanzar ese lugar a través del amor del hombre, que es Dios en forma masculina, entonces tienes a Dios haciéndole el amor a Dios». («I Am A Tantric Master». An interview with Barry Long by Andrew Cohen, en: What is Enlightenment Magazine.)

Barry mismo cierta vez escribió ―en un artículo también publicado en What is Enlightenment Magazine, titulado «Love is not a feeling»― que la parte más radical de todo el camino que él propuso, le parecía su enseñanza sobre el amor como un estado de conciencia que se alcanza mediante el acto sexual verdadero. Y así lo creemos también nosotros ―los autores de este escrito―, sin que eso quiera decir que el resto de sus libros dejen de ser un enorme aporte a la emancipación de la humanidad. Siempre nos han parecido de una trascendencia enorme los pasajes de su célebre Making Love que citaremos al final del presente artículo. En esas citas está cifrado todo un camino.

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Una renovación del Tantra tradicional

Barry Long no tuvo una relación directa con el Tantra ―al menos no en el sentido de haber sido discípulo de ningún maestro de la India o el Tíbet, como sí lo fueron tantos otros maestros occidentales. Sin embargo él mismo declaró en la entrevista anteriormente citada: «Yo soy un maestro tántrico. Y vivo la vida tántrica, y he vivido la vida tántrica, y todavía estoy viviendo la vida tántrica». En otra entrevista declara que:

“Todas las enseñanzas orientales son parciales. Los maestros no las viven porque la mayoría de su audiencia está en Occidente, y el Occidente es un lugar totalmente diferente del Oriente. Si tratas de seguir una enseñanza oriental, y vives en Occidente, no estarás enfrentando la dificultad inmediata. La dificultad inmediata es la mente occidental, que cree en muchos conceptos, y escribe muchos diccionarios, y además inventa muchas cosas. Tú eres un occidental, y aquí es donde debes encontrar a Dios —en tu cultura. No en tratar de encontrar otra cultura que te resuelva el problema”. (What is Enlightenment Magazine, entrevista titulada «Love is not a feeling»; no confundir con el artículo de ese mismo nombre, que citamos más arriba y más abajo.)

Esta cualidad de beber profundamente en el Tantra tradicional, y al mismo tiempo refundirlo en una forma absolutamente contemporánea basada en una gnosis propia, hacen que la enseñanza de Barry Long sea única, de una singularidad excepcional, y que no pueda incluirse ni siquiera dentro del Tantra tradicional. El grado de profundidad con que abordó la sexualidad, no es igualado no ya por numerosos maestros de sexualidad en Occidente —que hoy son tantos—, sino ni siquiera por muchos maestros del Oriente. En el artículo «Love is not a feeling» dice:

«No soy un tradicionalista y no tuve ningún maestro oriental. Mi enseñanza proviene de mi propia gnosis y amor, y en la práctica comparte sólo una pequeña base con otras enseñanzas que invariablemente se muestran fieles a las tradiciones orientales. Yo nunca niego la iluminación de otro maestro espiritual iluminado. Todo maestro iluminado está haciendo lo mejor que puede en esta materia, en este cuerpo de sentido. Pero a menudo soy crítico con la propaganda vana y la confusión que está inevitablemente asociada con las tradiciones orientales en la mente cultural de Occidente».

A veces nos parece que —semejante a lo ocurrido con los caminos espirituales de numerosas partes del mundo, que periódicamente se renuevan mediante avatares— la enseñanza de Barry Long es el resultado de una profunda renovación de un conocimiento sexual milenario, pero que por ello mismo resulta completamente nuevo y a la altura de estos tiempos. Él mismo aceptó el comentario de Andrew Cohen cuando éste catalogó su enseñanza como una «perspectiva tántrica moderna».

Desvestir al Tantra de todo ropaje folclórico particular y dejarlo en su más genuina esencia, y a la misma vez lograr transmitirlo sin simplificaciones a la mente occidental moderna, es una labor realmente titánica. Muchos otros maestros que han tratado de hacerlo, han fallado en el intento, y han terminado simplificando el Tantra y convirtiéndolo en lo que no es: un supuesto curso o manual para el placer instantáneo sin necesidad de transitar por una transformación interior —lo cual es un imposible.

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La inevitable transformación interior

No se puede leer la obra de Barry Long sin sufrir una profunda transformación interior; sólo así el gozo (joy) se convierte en algo posible, real y divino. Sus escritos nunca pueden leerse como mera información, debido a que siempre se dirigen directamente al individuo que hay dentro de cada uno de nosotros, y no simplemente al sujeto cultural que por poca dicha también solemos ser. Los oídos zumban en silencio de conocimiento cuando se entra en contacto profundo con lo que Barry dejó escrito; la sabiduría que transmite es demasiado real como para poder pasarla por alto. Resultan interesantes sus comentarios acerca de lo que los tántricos llaman «estado de ananda«:

«El estado de ser se distingue por en todo momento ser en el gozo de la vida interior —sin infelicidad. Y esto se refleja externamente mediante la ausencia de cualquier problema en el mundo. Como es adentro, así es afuera.

[…] Los sabios originales de habla sánscrita de la India lo llamaron ‘ananda’. Es un estado que no cambia ni termina. Es el puro sentimiento de la vida como la sensación o percepción de tu ser libre de dependencias o apegos con el mundo».

(Fragmento del capítulo «Love, the teacher», del libro Only Fear Dies. La traducción del fragmento es nuestra. No tenemos noticia de que exista una traducción íntegra de este libro al español, aunque sí existe una traducción bastante buena de Making Love.)

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Por fortuna, la Fundación Barry Long (www.barrylong.org) funge como centro desde el que se emite toda su obra, lo cual impide tergiversaciones con respecto a una labor tan polifacética y amplia como profunda. Sus obras se han traducido a numerosos idiomas, desde francés, castellano y portugués, hasta alemán, suomi y hebreo, entre otros. Al castellano hay muy poco traducido.

(Sobre el estado de ananda, ver además nuestros artículos Estado de ananda o éxtasis orgásmico y Extraerle el placer a todo lo que haces.)

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FRAGMENTOS DEL LIBRO MAKING LOVE, DE BARRY LONG

“La causa de la mayor infelicidad sobre la tierra es que el hombre y la mujer han olvidado cómo hacer el amor físicamente. Esta es la mayor tragedia de todos los tiempos. Tanto ha crecido y ha lentamente empeorado este olvido durante muchos miles de años, que es ahora una tragedia para toda la humanidad. No puede haber soluciones masivas. El problema es muy personal y muy profundo. Cada cual tiene que hacerlo por él mismo o por ella misma, o nada se puede hacer.

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La infelicidad básica de la mujer, su perenne descontento, se debe a que el hombre ya no puede alcanzarla físicamente. Su exceso emocional, sus depresiones, sus lacrimosas frustraciones, incluso la tensión premenstrual y las condiciones que conducen a una histerectomía y otros problemas uterinos, se deben al fracaso sexual del hombre en liberar o recoger, al hacer el amor, sus energías femeninas más finas y fundamentales.  Estas divinas energías, extraordinariamente bellas, son intensas y exquisitas, y cuando se dejan sin recoger en la mujer, como están ahora, degeneran en trastornos psíquicos o emocionales, y finalmente cristalizan en anormalidades físicas. Del útero nacen todas las cosas.

La infelicidad básica del hombre, su inquietud perenne, se debe a que, en su olvido de cómo hacer el amor, él ha abandonado su autoridad divina original, y con ella el control sexual de él mismo. Su degeneración emocional o psíquica se manifiesta como obsesión sexual. Todos los hombres, sin excepción, son obsesos sexuales. Esto significa fantasía sexual compulsiva, masturbación crónica (incluso cuando vive con una pareja); la represión sexual lo conduce a la cólera y a la violencia, y al síntoma universal de perseguir la riqueza y de perderse a sí mismo en el trabajo. La ocupación y el coleccionar riquezas son cosas con las que se compensa por su ineptitud como verdadero amante, y son (en ambos sexos) tapaderas para la incapacidad o el miedo a amar.

Debido a su descuido en el amor, descuido de mujer, el hombre sufre de eyaculación precoz, culpa, ansiedad, duda de sí mismo, impotencia, atrofia sexual disfrazada de desinterés sexual, abstinencia sexual debida al miedo reprimido al fracaso, bravuconería sexual y falta de verdadera sabiduría —todo ello él se lo inflige a la mujer, agravando el descontento básico de ella, y agravando también la inquietud de él mismo.

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El principal problema físico para hacer el amor es la eyaculación prematura del hombre. Y la mujer contribuye a eso insospechadamente.

El hombre que llega de manera prematura, ha perdido temporalmente la capacidad de amar, se ha perdido a sí mismo, y por lo tanto no puede tomar la entrega completa de la mujer y permanece sin autoridad real. Él lo sabe y se siente avergonzado por eso. La única autoridad válida que el hombre puede tener sobre la mujer es a través del amor; y esa autoridad ella se la concederá incondicionalmente a él cuando él le demuestre el suficiente amor como para aceptar y tomar la entrega total de ella. Ella puede dar solamente lo que él es capaz de tomar”.

(Fragmentos tomados del libro Making Love; sexual love the divine way, del maestro australiano Barry Long. La traducción del inglés es nuestra.)

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