Se llama “umbral eyaculatorio” al nivel extremo de placer que desencadena el reflejo de la eyaculación en el hombre. También se le llama “punto de no retorno”, porque una vez que el hombre llega a ese nivel, prácticamente ya no puede detener la eyaculación: todo ocurre de manera automática en pocos segundos.
Algunos hombres tienen un poco más alto el nivel de placer que toleran antes de que se les produzca la emisión del semen, y otros, con un poco menos de placer, ya llegan a la eyaculación y al orgasmo —que como hemos dicho, son dos procesos distintos.
Lo que proponemos en el presente artículo es iniciar el sexo sin ninguna excitación, incluso sin ningún deseo, totalmente en frío. Esto ayuda a mantener alejado dicho umbral eyaculatorio, de manera que se facilita el aprendizaje del control de la eyaculación por parte del hombre, y se desvincula el acto sexual de toda mecanicidad o falta de conciencia o de presencia.
El acto sexual sin excitación en la práctica
Y cómo se pone en práctica empezar el acto sexual sin excitación? Sencillamente la pareja se pone de acuerdo en la hora o el momento en que va a hacer el amor. Y cuando llegue el momento, se desnudan en la misma habitación, y ponen manos a la obra:
Sin ningún juego sexual previo, o con juego mínimo —algún abrazo, alguna caricia que no sea en los genitales, algún leve beso sin lengua—, pasan directo a la penetración, y comienzan a hacer el amor. Es muy conveniente que, al menos al inicio, la penetración sea casi lo mismo que un Masaje Genital que abra a la vagina y la preparé. La mujer sí puede permitir que su excitación crezca cada vez más, pero no así el hombre: él debe velar por dejar fuera la excitación. La mujer debe mantenerse sobre todo pasiva, y dejarle toda actividad al hombre. Mantener los ojos mayormente abiertos es importante, así como haber evitado el juego sexual cotidiano. Todo esto ayudará a realizar un acto sexual mucho mejor.
Éste es un conocimiento de sexualidad tántrica en realidad. El erotismo del Oriente siempre recomienda al hombre que se mantenga “frío” durante el acto sexual, para que él puede mantener a raya su eyaculación y lograr estar a la altura sexual de la mujer, haciendo el largo viaje erótico que ella desea. Por eso a veces, en la simbología erótica oriental, al hombre se le representa en color azul (frío) y a la mujer en rojo (caliente).
¿Y si la erección no se presenta al empezar a hacer sexo «en frío»?
Hay que decir que, al empezar a hacer sexo sin excitación, la erección del hombre puede no presentarse. Pero eso no es un problema. El pene que se pone tremendamente rígido antes de penetrar en la vagina, no es un buen signo. Más bien es síntoma de que de un momento a otro perderá todo control y eyaculará. Todo esto queda fuera si el acto sexual comienza sin excitación, e incluso sin erección, o con el pene medianamente erecto. En caso de que la erección no se presente, en otro artículo recomendamos un ejercicio muy adecuado y efectivo para remediar eso.
Algo importante: empezar a hacer el amor sin la menor excitación puede funcionar muy bien para despertar el fuego sexual aparentemente extinto en una pareja. Es decir, a veces empezar “en frío” será un método para atenuar un fuego sexual demasiado caliente. Pero si en cambio, por ejemplo, tienes una pareja de hace mucho tiempo en la que la pasión parece haberse apagado, también podrán empezar en frío y lograr lo contrario: reencender desde cero la pasión que aparentaba estar apagada.