En el camino de aprender a controlar la eyaculación para convertirse en un buen amante, es muy conveniente que el hombre tome alrededor de 3 litros de agua al día ―ya sea que la consuma directamente o ya sea en alimentos que la contengan en abundancia.
Tomar suficiente agua es provechoso para la salud en cualquier sentido, pero en este caso tiene un propósito muy específico: orinar con abundancia, para relajar los genitales y evitar cualquier congestión, o eliminar fluidamente la congestión en caso de que ocurra. Tomar suficiente agua no es algo opcional dentro de esta nueva práctica sexual: es algo necesario.
Como el hombre se encontrará en una situación de aprendizaje, convivirán dentro de él las nuevas capacidades adquiridas a partir del ejercicio para el control de la eyaculación, junto con los viejos hábitos sexuales de la eyaculación involuntaria. Es decir: aunque él se haya propuesto conscientemente tratar de no eyacular de modo automático mientras hace el amor, sin darse cuenta puede estar todavía tratando de eyacular, y esa intención inconsciente puede mover algún poco de semen hacia los conductos. Esto también puede ser el resultado del juego sexual cotidiano, que lo conecta a él con su sexualidad más animal y automática.
También la mujer, habituada a que él le eyacule para compensarla por el placer que antes no le daba, puede estar inconscientemente tratando de apurar y provocar la eyaculación. Es un resultado de la programación mental que ambos tienen para perseguir la eyaculación masculina: él está erróneamente programado para autocomplacerse ―en lugar de complacerla a ella, como debería ser―, y ella está erróneamente programada para creer que el objetivo del acto sexual es complacerlo a él provocándole un orgasmo (= eyaculación) cuanto antes ―a pesar de que en realidad ella no gana nada con eso, porque la verdad es al revés.
Tomar abundante agua y orinar en abundancia, relajará los genitales y expulsará de las vías eyaculatorias los residuos provocados por esas búsquedas involuntarias masculina y femenina de la eyaculación innecesaria, que desgasta el amor y rompe la pareja. Por lo mismo, en general la micción inmediatamente posterior al acto sexual siempre puede realizarse normalmente, sin contracciones, para facilitar la expulsión.
La abundante agua no debe tomarse sólo en un momento del día, sino a lo largo de todo el día. No debe dejarse el consumo de agua solamente para la hora de comer o algo así, sino que al contrario, la abundante agua debe tomarse sobre todo fuera de las comidas, y también alrededor de los momentos de sexo. Es una solución simple y muy efectiva.
La cantidad de agua que tomes tampoco debe depender de las estaciones, ni de nada externo: debes ocuparte de tomar la suficiente agua tanto en verano como en invierno, tanto cuando estás dentro de casa como cuando estás fuera. Es algo que a fin de cuentas redunda en tu buena salud, tanto general como sexual.
Deja tu comentario