El impulso básico hacia el sexo oral es la comunicación directa con el sexo de tu amante. El verdadero sexo oral no es una masturbación hecha con la boca: es amar el sexo de tu amante, de modo tal que la boca sea sólo el punto de unión en cuerpo y alma. Los genitales son el puente físico entre los amantes, y podemos decir que no son simples órganos de autosatisfacción, sino sobre todo órganos de unión en la dimensión más honda que puede alcanzar el acto sexual. El sexo oral puede llegar a ser un profundo diálogo de amor entre los amantes.
El sexo oral comienza con el disfrute sensorial mutuo de los genitales de los amantes. Los genitales son uno de los mejores dones de la vida: son la tierra del amor más carnal. Amas a un ser y deseas experimentar sus genitales, porque quieres disfrutar la esencia de su cuerpo. Si sientes algún rechazo por esto que ahora te decimos, es porque todavía no amas realmente a tu amante, o has perdido el amor y debes recuperarlo. Cuando hagas el amor bien, recuperarás el deleite del sexo oral.
Los verdaderos amantes disfrutan viéndose mutuamente los genitales, sienten gozo de tocarse, olerse y paladearse los genitales. Pero el sexo oral va más allá del contacto sensorial, y llega a ser extrasensorial: a través del contacto oral y manual con los genitales de tu amante, llegas a percibirlo en su esencia corporal y espiritual. El sexo oral también es amor. Es un romance directo con los genitales.
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