Los genitales son los órganos concretos de la unión sexual. Sin sensación de placer real en los genitales, el sexo no tiene base real. El acto sexual realmente comienza cuando los genitales ya han permanecido varios minutos en un cálido saludo de exploración mutua, y entonces comienzan a gozar del placer de estar juntos. Si esto no ocurre, y el acto sexual avanza sin verdadera sensación genital, en realidad la pareja no está haciendo el amor, sino una obra de teatro. Hacer el amor empieza por dar placer real y amor mediante los genitales. Mientras no hay sensación real en los genitales, lo mejor es ocuparse del modo práctico de generarla en ellos.
El sexo realmente bueno, se inicia en los genitales, se sostiene todo el tiempo en ellos, y desde ellos se desborda sustancialmente y sensiblemente al resto del cuerpo. Si el sexo no se sostiene en una sensación real, poderosa y sustancial en los genitales, cualquier posición sexual o movimiento o caricia o palabra estarán vacíos: sin sensación real en los genitales, el sexo es sólo una gimnasia externa, formal e imaginaria.
Por lo general, los genitales actualmente no gozan de toda su sensibilidad natural: el sexo habitual los llena de tensiones y les resta conciencia del placer y del amor. Un medio para recuperar toda tu sensibilidad y conciencia genital, es el masaje que recomendamos.
Cuando durante el sexo la pareja vaya sintiendo y vaya descubriendo su nuevo lazo de placer amoroso latiendo en sus sexos unidos, de modo natural ellos querrán mirarse y disfrutar de su mutua presencia. La dulzura del placer real sentido en los genitales, renueva la relación de la pareja y la hace tener fundamento real.
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