El sexo tántrico, es decir, el uso del gozo sexual como camino de evolución espiritual, puede encontrarse en casi todas las regiones del Lejano Oriente. En especial en la zona del Indostán (que no sólo incluye a la India sino además a Nepal, Bután, Sri Lanka y otros), el Tíbet y China, el sexo tántrico, aunque haya tenido otros nombres, se refino hasta el punto de convertirse en verdadero camino de iluminación. En este poema chino puede apreciarse la influencia del sexo tántrico:
Obsequiado con canciones y danzas
en este vinoso pabellón,
verdadero palacio del paraíso,
el alma se diluye!
Habiendo aprendido
—en una noche de primavera—
todas las “posturas del placer”
de que hablan los budistas,
¡las veinticinco formas de la perfecta iluminación!
Poema de Lin E (1857-1909), tomado del libro Poesía de amor china, cuya compilación, versiones, prólogo y notas son de Harold Alvarado Tenorio. «Placeres de Shimbashi», tal como ocurre con «Recuerdo», fue escrito durante un viaje de Lin E por Japón y Corea, a inicios del siglo XX y ya casi al final de su vida. Shimbashi es una ciudad japonesa con gran tradición de geishas (geikos). No debe asombrarnos que en el poema se junten los budistas y el sexo, puesto que el budismo tántrico es una mezcla exacta de Mahayana y Tantra, y utiliza el acto sexual como vehículo de iluminación.
En el sexo tántrico budista (Vajrayana) sólo se utiliza una postura
¿Pero en el poema Lin E se refiere exactamente al Budismo Tántrico o Vajrayana? Difícilmente, ya que en los tres versos finales podemos leer: “todas las ‘posturas del placer’ / de que hablan los budistas, / ¡las veinticinco formas de la perfecta iluminación!” Está claro que no debe ser Vajrayana, porque en el sexo tántrico Vajrayana la postura típica y casi única es el Yab-Yum (Padre-Madre): el hombre sentado en Padmasana (“Postura del Loto”) sereno y prácticamente inmóvil ―lo cual, entre otras muchas cosas, es un recurso para el control de la eyaculación―, y la mujer sentada y penetrada sobre el regazo masculino, moviéndose apasionadamente, como si danzara en el cielo (Sky Dancer = Dakini).
¿El sexo tántrico hindú influyó al taoísmo o fue al revés?
Todavía no está 100% claro si fue el sexo tántrico de la India quien influyó en el de China, o si fue al revés, o si se determinaron mutuamente. El caso es que en China existe un tipo de sexualidad sagrada que no es exactamente taoísta, y que está más relacionada con el Vajrayana.
Tal como el Chan chino dio origen al Zen japonés, asimismo el Chen Yen o Vajrayana chino dio origen al budismo Shingon y al budismo Shinnyo-en, dos de las vías budistas japonesas, con un fuerte sabor tántrico que, entre otras cosas, se nota por la propuesta de la iluminación en esta misma vida y no en otras.
Entre las distintas escuelas orientales que usan el sexo tántrico como vía de iluminación puede haber diferencias muy grandes, pero en todas está el reconocimiento del poder iluminatorio de la energía sexual.
Obviamente el erotismo sagrado del Indostán y el de China son más ricos que cualquier esquema que se trace de ellos, y sus caminos siempre están llenas de variantes y de excepciones.
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