Los libros y manuales eróticos por lo general describen sólo dos ángulos de penetración: la penetración alta (superficial) y la penetración baja (profunda). Esto es básicamente cierto. Pero, según nuestra experiencia, entre la penetración alta y la penetración baja hay niveles intermedios. Ahora describiremos, no obstante, los dos ángulos o alturas de penetración fundamentales:
1. Penetración alta (superficial): Estimulación de clítoris y Punto G
En la penetración alta, el glande y la porción inicial del tallo del pene hacen mayor énfasis en la zona superior del interior de la vagina —ya sea porque así se desea hacerlo, o ya sea porque el acto sexual acaba de comenzar y el resto de la vagina todavía no ha sido abierto con una penetración más profunda. El glande encuentra como un tope en la especie de cavidad virtual que forma arriba el Punto G, gracias al hueso púbico de la mujer y a la curvatura del clítoris: allí permanece con gusto trabajando la cabeza del pene.
El glande está hechizado por esta deliciosa cavidad que lo atrae como un imán, y así con sus movimientos estimula directamente el Punto G, o lo que es lo mismo, las raíces nerviosas internas del clítoris que atraviesan las paredes internas de la vagina. Ésta es, por tanto, una penetración superficial. No necesariamente los movimientos del pene en la vagina tienen que ser de mete-y-saca: es interesante hacer también, o sobre todo, movimientos verticales con énfasis hacia arriba, hacia el clítoris-Punto G: dos zonas erógenas en una: joya doble y poderosamente orgásmica.
2. Penetración baja (profunda): Estimulación del clítoris, el Punto G y el cuello del útero
Durante la penetración baja, la cabeza del pene está más libre dentro de la vagina, va más allá de la cavidad virtual del Punto G, y gracias a eso puede ir alcanzando el fondo y estimular el cuello del útero y sus alrededores —lo que se ha llamado el Punto K—, una zona de profundo placer y propensa a estallar en potentes orgasmos.
Ésta es una penetración a fondo, hasta la mayor hondura posible. Si la mujer abre bien los muslos y el hombre introduce con toda profundidad el pene en la vagina hasta pegarse por completo a la vulva, y si él, en vez de hacer movimientos de meter-y-sacar el pene de la vagina, más bien hace dentro de ella movimientos verticales con énfasis hacia arriba, así estará estimulando el bello sexo femenino en todas sus posibilidades: el pubis masculino estará frotando el prepucio y el glande del clítoris; los testículos —que ojalá no estén encogidos sino relajados— y la base del pene estarán presionando y frotando todas las partes de la vulva e incluso el ano de ella; la porción siguiente del pene, ya dentro de la vagina, estará estimulando internamente las raíces del clítoris (el Punto G); y el glande, precisamente gracias a la penetración baja y profunda, estará estimulando el cuello del útero y sus alrededores.
Deja tu comentario