Los olores del sexo femenino constituyen una de las inquietudes más frecuentes para el hombre y para la mujer. Para que ya dejes de preocuparte, seas mujer u hombre, te decimos que cuando se aprende a hacer el amor bien, los olores del sexo femenino son un deleite afrodisiaco para los amantes.
Los olores del sexo femenino siempre han sido una fuente de inspiración para el lenguaje amoroso. Entre los muchísimos nombres pintorescos que a la vulva se le dan en todos los idiomas, siempre se la ha llamado flor, no sólo por su forma abierta con pétalos ―principalmente los labios menores o ninfas―, sino además por su exquisito perfume.
Pero si se la explora con los sentidos bien atentos, se descubre que la vulva, más que una flor, es un jardín: los olores del sexo femenino son muchos, sus perfumes son variados, y no sólo dependen del lugar de la vulva que se olisque, sino además del momento del mes en que se haga. La mujer, en todos los sentidos, es como la Luna: cambia constantemente: su esencia está en la variedad.
Los 1001 olores del sexo femenino
Los olores del sexo femenino dependen del rincón que se esté enfocando de la bella parte. No es lo mismo oliscar el monte de Venus de una vulva con su vello, que oliscar el pubis de una vulva depilada: ambas son deliciosas pero distintas. Tampoco es igual oliscar la zona del clítoris y su capuchón, que oler los labios menores, o los mayores, o la delicada zona estrecha entre un labio menor y su correspondiente labio mayor, o la zona interlabial ―entre los dos pares de labios―, o el vestíbulo vaginal… Y debemos decir etcétera, porque estas mismas joyas tienen distinto perfume a lo largo del mes lunar de la mujer.
El perfume del punto G: El cielo de los olores del sexo femenino
No sólo la vulva es un jardín que emana varios de los más delicados olores del sexo femenino. Más adentro de la bella, el misterioso jardín de las delicias continúa. Por ejemplo, los perfumes que el glande extrae de los alrededores del útero mientras ama a fondo la vagina, constituyen uno de los más profundos olores del sexo femenino.
Incluso el Punto G tiene un perfume específico ―que a veces es curiosamente semejante al olor dulzón del cielo de la boca de la misma mujer. Éste es uno de los más bellos misterios de la vida. Muchos saben que el Punto G forma una zona de sensibilidad especial dentro de la vagina, relacionada con las raíces del clítoris Pues bien: a esto hay que añadirle que este bonito punto escancia licores que generan algunos de los bellos olores del sexo femenino.
Y por supuesto, las distintas partes de la vulva ―ya que son emisoras de variados perfumes―, también tienen distintos sabores. Hacerle un delicioso sexo oral a la vulva, es como estar en el jardín de las delicias e ir volando de una flor a otra libando distintos néctares y aromas. Por eso, metafóricamente hablando, en varios idiomas al cunnilingus o sexo oral a la mujer, se le llama comerse a la vulva.
Aprender a hacer bien el amor conduce a amar los olores del sexo femenino
Si eres hombre, e incluso si eres mujer, puede que este pequeño artículo ―lleno de un inusual amor por los perfumes y las formas de la vulva― te parezca grandemente extraño, o incluso puede ser que te desagrade hablar tan abiertamente de los olores del sexo femenino.
Si eres mujer, ese desagrado se debe al . desamor que te han enseñado a tener por tu propio cuerpo, y en especial por tu sexo ―un desamor que está esencialmente vinculado al desamor del hombre, y que deberías sustituir por un gran amor por tu sexo. Y si en cambio eres hombre, eres la raíz misma del problema, como ahora veremos.
Si eres hombre, tu desagrado por los olores del sexo femenino ―si es que lo tienes― se debe a que aún no has aprendido a amar sexualmente a la vulva, a la vagina y a la mujer ―y entonces el acto sexual mal hecho se transforma en una fuente de desamor hacia el sexo femenino, que la propia mujer llega a tener también.
Pero cuando aprendas a amarlas a las tres juntas a fondo ―a la vulva, a la vagina y a la mujer, trayéndolas a muy poderosos orgasmos, orgasmos múltiples y telúricos―, entonces los olores del sexo femenino te encantarán porque sí, y el jardín de la vulva te parecerá el jardín del Edén: lo mejor de la existencia. Y también más allá.
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