El problema de que el acto sexual hoy no sea satisfactorio ni genere amor, radica en la eyaculación del hombre: él se satisface solamente a sí mismo demasiado pronto, y luego tal vez se echa a dormir, desentendiéndose de la mujer y dejándola en el limbo. Luego de que él mismo había empezado a despertar el fuego sexual de ella, en pocos minutos permite que se apague el fuego de él mismo sin que la mujer haya llegado a nada bueno. Al iniciarse sexualmente y ser tratada de este modo, la mujer primero no comprende, pero se siente decepcionada. Siente que se frustran todos sus anhelos de amor en pocos minutos. Y a medida que pasan los años y el acto sexual se reduce a ese evento breve fuera de control, la mujer oscila entre la decepción, la confusión, la tristeza, la rabia…
Quienes escribimos este artículo, tenemos fe en que se comprenda que no nos estamos refiriendo simplemente a un pequeño grupo de hombres que padecen de ese trastorno que se llama eyaculación precoz (EP según sus siglas). En verdad no nos referimos a un pequeño grupo de hombres: nos estamos refiriendo a la inmensa mayoría de los hombres, exceptuando a un mínimo porcentaje de ellos que hayan tenido la humildad de dedicarse a aprender a ser verdaderos amantes —no practicantes de técnicas de pericia sexual, sino verdaderos amantes. Por eso hemos creado el término “eyaculación anticipada”, que engloba a la inmensa mayoría de los hombres, a diferencia del término clínico “eyaculación precoz”, que afecta a un pequeño porcentaje de los hombres y es consecuencia de padecimientos o trastornos físicos o psicológicos.
Debido a ese acto sexual mediocre que el hombre actual hace con la mujer, es posible que después ellos discutan, o tengan otros tipos de problemas ilusorios que en realidad se basan inconscientemente en este fracaso del sexo. La eyaculación de todo hombre hoy ocurre mucho antes de que el sexo sea realmente bueno, y si él no se entrena para lograrlo, seguirá sin tener ningún control real para impedir que su eyaculación frustre el amor cuando apenas estaba naciendo. El hábito de eyacular sin control al final de cada breve acto sexual está ahora tan arraigado, que la pareja cree que eso es todo lo que puede esperar del sexo. Pero el verdadero poder del sexo está mucho más allá de lo que ellos conocen hoy…
Ya hemos dicho que el hecho de que la eyaculación del hombre ocurra antes de que el sexo sea pleno, es el problema básico para hacer el amor —y es la fuente de todo problema en la pareja. Pero a esto podemos sumar que la continua eyaculación en cada acto sexual es lo que determina que, con el tiempo, el amor entre la pareja se desgaste, y que luego ellos incluso lleguen a la ruptura.
Sin embargo —a pesar de todas estas consecuencias más o menos evidentes—, la costumbre de buscar la eyaculación en cada acto sexual es tan habitual, que no es considerada un problema. La pareja va una y otra vez al mismo acto, al mismo fracaso sexual, y luego ellos tienen problemas, discuten, e incluso se separan, y tal vez nunca llegan a saber la relación tan directa que existe entre hacer el sexo de ese modo y que ellos tengan problemas.
El sexo habitual no es natural, y sin embargo el mismo hábito hace que el problema sea invisible. Tal vez si observas detalladamente tu primer contacto sexual —algo que seguramente viviste con muchos menos hábitos sexuales que hoy— puedas ver con más claridad los errores del sexo habitual. Incluso si tú nunca has tenido sexo, te convendrá mirar de cerca qué es lo que no debes hacer cuando vayas a iniciar tus relaciones sexuales.
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