El título de este artículo aparentemente promete resultados fáciles; y así es… siempre que se cumpla con la condición que aquí se propone para obtener esos resultados fáciles. Si la condición se cumple o no, eso depende del hombre. Pero si la condición se cumple, la puerta del sexo anal con la mujer se abre de par en par. De eso sí que no caben dudas.
El secreto de que la mujer acceda a hacer sexo anal NO está en «convencerla» de que ella soporte durante un rato el «dolor» de ser penetrada analmente, usando como argumento para tal convencimiento el hecho de que ella «sí tiene capacidad anal para albergar al pene», o algo así —tal como se parodia en este episodio de Porta dos Fundos, titulado «Vida privada».
El verdadero secreto de que la mujer acceda a hacer sexo anal consiste en que el hombre aprenda a hacer bien el sexo anal con ella, de modo que la mujer descubra en la práctica cuán poderosamente orgásmico es el sexo anal para ella. Esto dejará atrás toda duda femenina sobre el sexo anal, y entonces ella deseará hacerlo en todas las posiciones —y especialmente adorará hacer sexo anal en la postura del misionero, gracias a la cual la Diosa Clítoris goza a la par que la Diosa Ana.
Cuando esto ocurra, la mujer no tendrá que «acceder» a hacer sexo anal, pues ella misma deseará enormemente hacerlo. Ella deseará hacer sexo anal hasta tal punto, que el hombre tendrá que aprender a mantener bajo control su eyaculación, para poder darle a ella todo el placer orgásmico que ella siempre desea, no sólo en su preciosa vagina, sino también en su bello ano y en su lindo recto.
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