Las paredes de la vagina hoy suelen estar poco sensibles debido a las tensiones que genera dentro de ella el sexo habitual. El ejercicio principal para relajar y sensibilizar la vagina es el masaje genital que hemos recomendado en la página con ese nombre. Pero ella puede hacer también el ejercicio que indicamos en esta página, para que su vagina sea capaz de dar y sentir más placer y amor, y alcance orgasmos más profundos e intensos. Tonificar significa fortalecer y a la misma vez sensibilizar y flexibilizar, así que el ejercicio es para que ella aprenda a controlar voluntariamente los músculos de su vagina. El deleite y la gracia de los movimientos vaginales son la fuente de toda seducción femenina.
Es conveniente que ella aprenda a utilizar voluntariamente los músculos internos de la vagina durante el sexo, del mismo modo que ella ahora ya tiene el dominio sensible de los músculos de otras partes del cuerpo a veces implicadas en el acto sexual, tales como las manos, la boca, las caderas o los muslos. Ella debe lograr con la vagina ese mismo grado de control sensible —y en realidad alcanzará con la vagina mucho más control sensible sobre el pene, que el que alcanza con las manos o la boca, pues la vagina es el órgano idóneo para el sexo y la compañera ideal del pene. Ella debe hacerse una con su vagina, y desarrollar su arte natural para amar y seducir realmente a su hombre durante el sexo, de modo que recupere su lugar natural de diosa del amor.
El ejercicio para tonificar la vagina es muy semejante a los ejercicios para el control de la eyaculación del hombre: se basa en contracciones y relajaciones de esfínteres y músculos. La mujer puede hacerlo en solitario, pero lo óptimo es que haga el ejercicio con el pene erecto dentro de la vagina. El ejercicio es éste:
La mujer se recuesta o se sienta, y se relaja. El hombre la penetra y permanece inactivo, y entonces ella contrae con fuerza progresiva las paredes de la vagina hasta llegar a sujetar firmemente al pene. Debe sostener la contracción durante varios segundos, y luego relajar completamente tanto la vagina como todo el cuerpo. En este estado de relajación total debe mantenerse algunos segundos. Luego debe comenzar la siguiente contracción… y así sucesivamente.
Ella debe hacer varias repeticiones del ejercicio: en principio, debe hacer todas las repeticiones que pueda hasta que se canse. Si así lo desea, luego de hacer varias contracciones ella puede descansar un rato, y después reanudar la práctica cuando vuelva a sentirse lista. Ella debe atender al ritmo de su propio cuerpo, a lo que vaya pudiendo hacer cada vez y a lo que vaya deseando. Probablemente ella quiera repetir la experiencia, pues es muy grata no sólo en el cuerpo sino también psíquicamente. El ejercicio en sí mismo además tiene la propiedad de despertar la conciencia y estimular el bienestar.
Este ejercicio no es solamente físico: es también espiritual, así que la mujer mientras lo hace debe atender tanto su cuerpo como su interior. Sentirá no sólo ejercitarse los músculos de la vagina, sino también estimularse y equilibrarse su estado de ánimo.
Como decíamos, si la mujer así lo desea —o si ahora no tiene pareja—, ella puede hacer el ejercicio sola, en cualquier momento de la vida cotidiana. En este caso lo hace todo como lo hemos descrito, aunque no tenga el pene adentro. Si ella desea, para el ejercicio puede servirse de algún dispositivo u objeto que sustituya al pene.
Deja tu comentario