Posiblemente hayas escuchado hablar de la kundalini. Y quizás hasta te hayas preguntado: «¿Qué es la kundalini?«, lo cual te pone un paso más adelante. Es probable que durante y luego de hacer ejercicios de respiración —y también durante y luego de hacer el amor con profundidad—, escuches un sutil sonido como de grillos dentro de tus oídos, aquel sonido sin sonido que a veces escuchabas durante tu infancia: es el famoso “sonido del silencio”, el sonido de la serenidad. Es señal de que tu energía sexual se está elevando.
Salvo tu pareja —que generalmente lo oirá junto contigo— nadie más lo oirá: el sonido de la kundalini es el sonido de tu propia serenidad. Cada cual escucha el sonido de su propia serenidad, si la tiene. Llamarle «energía sexual» a la kundalini es sólo un punto de vista. La kundalini es más que energía sexual. La kundalini es energía sexual abajo, pero a medida que se eleva, se transforma en energía o vibración de otros tipos, y determina distintos estados de conciencia.
Sobre esto es mejor no hablar ni imaginar demasiado. Lo óptimo es experimentar la kundalini directamente, como un hecho energético. Para iniciar el camino de sentir realmente la energía kundalini, puedes practicar el ejercicio que explicaremos en el presente artículo.
Comparación entre la kundalini y los «grillos»
Numerosos maestros y libros del Oriente han descrito esta experiencia de escuchar un zumbido asociado con un estado de gracia mística o sublimación de la energía sexual básica —llamada Kundalini—, mientras se tiene la sensación de un intenso placer que asciende por dentro de la columna vertebral. También en Occidente se ha registrado la experiencia, y de manera pintoresca se ha comparado el zumbido de la kundalini con el canto de los grillos.
Por ejemplo, Jamie Sams ha escrito: «es normal escuchar un zumbido de alta frecuencia en los oídos, y en general en uno de los dos oídos. […] El zumbido es considerado por algunas tradiciones hindúes y budistas como el sonido tradicional OM, un estado de armonía con todo lo viviente» (J. Sams: Dancing the dream).
Por su parte, el maestro Samael Aun Weor escribió innumerables veces sobre lo que él llamó “Canto de los grillos”. Así dice: “Las energías creadoras, la famosa libido de que nos habla Sigmund Freud, es decir, la fuerza sexual cuando está en proceso de transmutación libido genética produce un sonido, un sonido semejante al del grillo. […] vibra en el cerebelo como si fuese el canto del grillo o un sonido semejante al que producen los frenos de aire comprimido» (Samael Aun Weor: Técnicas para el desdoblamiento astral).
Aquí tienes un ejercicio para escuchar los “grillos” de la Kundalini
- en posición de pie, abre las piernas a la altura de los hombros;
- haz una inspiración completa con el propósito de acopiar energía para todo el proceso, y retén el aire sin tensar el cuerpo;
- mientras espiras, deja caer con soltura el tronco, los brazos y la cabeza hacia adelante hasta que la coronilla de tu cabeza quede muy cerca del suelo, las palmas de tus manos se apoyen completamente en él con los dedos bien separados pero sin tensarlos, y las bases de los dedos meñiques cerca de la mitad del arco de los pies; que los brazos, el tronco y la cabeza queden lo más cerca posible de las piernas, intentando no doblar las rodillas;
- todavía no inspires, y echa un vistazo al mundo al revés por entre tus piernas; en esa posición haz una inspiración, y mientras espiras comienza a bajar en cuclillas, dejando que sean las piernas y no los brazos los que trabajen; la cabeza debe permanecer todo el tiempo hacia abajo y las palmas de las manos en el suelo sirven sólo de punto de equilibrio al trabajo de las piernas; aprender a conservar el equilibrio forma parte del ejercicio;
- una vez abajo, recuesta los muslos a los codos doblando estos un poco hacia atrás, y desplaza el peso del cuerpo hacia adelante, despegando los talones del suelo y afirmando las puntas de los pies; la vista te quedará de frente a los genitales, desde un ángulo poco común: haz una inspiración profunda con el propósito de acopiar la energía sexual para llevarla hacia arriba luego cuando subas; al tiempo que inspiras la energía genital, haz una firme contracción de los esfínteres urinarios y anal, igual a la del ejercicio para el control de la eyaculación —si eres hombre—, o a la del ejercicio para tonificar la vagina —si eres mujer—;
- retén el aire que inspiraste y, manteniendo la contracción de los esfínteres, comienza a enderezar las piernas, otra vez dejando que sean sólo estas las que trabajen y no los brazos, que sólo siguen sirviendo de punto de equilibrio; las palmas de las manos deben seguir completamente apoyadas en el suelo, y la cabeza debe seguir con la coronilla hacia abajo y mirando por entre las piernas; endereza las piernas hasta que las rodillas queden en línea recta, apoyando completamente en el suelo las plantas de los pies;
- aún reteniendo el aire y sosteniendo la contracción de los esfínteres, ve subiendo lentamente para enderezar el cuerpo, y durante el ascenso mantén cabeza, tronco y brazos lo más cerca posible de las piernas —ve deslizando las palmas de las manos hacia arriba por las piernas—; haz el esfuerzo ascendentemente, primero sólo con la base de la espalda, y luego cada vez haciendo el esfuerzo únicamente con la parte que estés enderezando, y dejando el resto todavía colgado y relajado; deja que sobre todo sea la columna la que haga el trabajo;
- una vez que estés ya arriba con la columna recta y la vista al frente, espira e inspira, que lo necesitas, toma equilibrio apoyando las palmas en tus piernas, y recibe pronto el ascenso de la energía básica por la columna vertebral —tal vez ya escuches el sonido de grillos en los oídos—; este ascenso ocurre en cuestión de segundos y tu percepción de la realidad puede cambiar, desde ligeramente, hasta un torbellino en los sentidos; tómate tu tiempo y en el momento que elijas haz una respiración completa, inspirando y espirando profundamente;
- mientras inspiras nuevamente, sube los brazos extendidos por los laterales del cuerpo hasta unir las palmas por encima de la cabeza, al mismo tiempo que vas elevando los talones hasta que quedes en puntillas de pies;
- manteniendo las palmas unidas por encima de la cabeza y los brazos sobre las orejas, dejas caer los talones dando con ellos un breve y seco golpe en el suelo, y junto con el golpe espiras con cierta fuerza;
- todavía con las palmas unidas, y los brazos colocados sobre las orejas como una barrera que atenúe los sonidos exteriores, haces una inspiración profunda, retienes el aire serenamente, y ahora sí enfocas tu conciencia solamente en escuchar el sonido de grillos dentro de ti; si aún no lo escuchas, persevera, que llegarán;
- para finalizar, bajas los brazos extendidos por los laterales del cuerpo, mientras espiras todo el aire de tus pulmones.
Algunos comentarios sobre el ejercicio para escuchar la kundalini
Es un ejercicio muy útil y completo, porque además de estimular la circulación de la kundalini, fortalece, desoxida y flexibiliza la columna, además de otorgar elasticidad a muchos músculos de la espalda que se usan poco, sobre todo de su base. Fortalece las piernas y los ligamentos de las rodillas, y desarrolla el equilibrio físico y psíquico —incluso para situaciones extremas—, y te da claridad y control sobre tu propia vida. Sin dudas, desarrollar el equilibrio físico desarrolla a la vez el equilibrio psíquico. Entre todos los Ejercicios de Amor Sexual que hemos publicado, este es uno de los más complejos.
Sin embargo, con el ejercicio trabajan y se desarrollan no sólo la espalda y la columna, sino todo el cuerpo. De hecho, el ejercicio mismo —a través de sensaciones, molestias y leves dolores— te irá señalando tus problemas posturales de columna, de espalda, etc., para que los corrijas antes de que se conviertan en verdaderos padecimientos. Favorece la circulación, tanto sanguínea como linfática y energética, y de este modo ayuda a comprender, a un nivel introductorio, qué es un estado de conciencia iluminada, sin nubes en la mente.
El ejercicio está indicado en su forma ideal. Si por el momento no puedes lograr cumplir con algunos de los parámetros debido a que tu cuerpo todavía no está listo, de todos modos ve haciéndolo según ahora puedas, pero ten el propósito de ir cada vez logrando hacerlo exactamente como se indica. Usa ropa holgada, sobre todo en la cintura y el tronco —o al menos záfate lo que te ciña la cintura. Y, por supuesto, también puedes hacerlo sin ropas si así lo decides.
Haz este ejercicio con mesura, pues es fuerte y de resultados instantáneos —y a veces súbitos, en dependencia del día que estés teniendo según tu biorritmo físico, emocional, etc. Para empezar, haz sólo hasta cinco repeticiones; aunque los buenos resultados se alcanzan con muchas más repeticiones —por ejemplo, veinte o más; pero eso depende de ti. Luego, a medida que pasen los días y el cuerpo se te ponga más a tono, ve haciendo todas las repeticiones que puedas tolerar.
Sin embargo, no hagas más de las que puedas tolerar cada vez, porque si te sobreesfuerzas más de lo que puedas cada vez podrías incluso desmayarte, sobre todo si nunca has puesto demasiado énfasis en hacer ejercicios físicos o psicofísicos. Si tienes miedo de este tipo de experiencias, mejor no hagas este ejercicio, o hazlo avanzando muy paulatinamente.
no entiendo muy bien la explicacion del ejercicio… quisiera saber si conocen algun video donde pueda ver la ejecucion de este ejercicio
Hola, Cristopher. El ejercicio lo creamos nosotros. Todavía no hemos hecho videos, pero los haremos en algún momento. ¿Qué parte del ejercicio no entiendes? Dinos y con gusto te lo explicamos.