Por sencillo que parezca, el camino del Amor Sexual se va recibiendo de los escritos mediante sucesivas lecturas. Difícilmente leer los textos una sola vez sea suficiente para captar todo lo que te dicen en favor de aprender a hacer un buen acto sexual. Más bien, en cada lectura puede que encuentres algo nuevo: un nuevo nivel de profundidad, un nuevo ejercicio que es más provechoso y exacto para ti, alguna sutileza que no habías tomado en cuenta, alguna novedosa relación de este camino con tu propia vida, un nuevo sentido luego de leer un texto relacionado con otro que ya habías leído, un nuevo significado que adquiere un texto que relees después de tener más experiencias sexuales y cotidianas… Ten por seguro que el Amor Sexual es un sistema dentro del cual todo está interconectado, y en el que cada conocimiento ayuda a comprender y a realizar los otros. ¡Vaya gozo por todos lados!
Si en algún momento te parece que nuestros escritos del Amor Sexual están optimizados para poder ser leídos y comprendidos por cualquier tipo de persona —más culta o menos culta, más espiritual o más práctica, iniciada o avanzada o incluso dummy (principiante)—, ten en cuenta lo siguiente: buscamos eso de un modo absolutamente deliberado. El Amor Sexual es precisamente eso: una manera de enfocar conocimientos sexuales de todos los tiempos, de modo que puedan ser comprendidos por todos hoy en día —sin ofender a unos ni hacernos incomprensibles para otros. Pues el caso es que todos necesitamos ya aprender a hacer bien el sexo, de manera placentera y multiorgásmica. ¡Vaya gozo para todos por igual!
La necesidad o la posibilidad de lograr este enfoque bien accesible al Amor Sexual, se debe a algo que de seguro ya sabes: el verdadero conocimiento sexual es simple y claro, y no necesita esconderse detrás de formas difíciles y complicadas —o quizás vacías. Y hacer accesible para todos el Amor Sexual se debe además a otro motivo, más sensible o sensual que el anterior: en los tiempos que corren, cuando los medios audiovisuales han tomado posesión de la percepción y la conciencia del ser humano, es mejor aprender el idioma de los sentidos, para que el saber entre también por la vista, y luego vaya más profundo. En honor a lo que han dicho las principales enseñanzas sexuales de Oriente y Occidente: la liberación empieza en los sentidos y sólo después va más allá. ¡Vaya gozo inteligente que se regala a los sentidos!
Es conveniente que, cuanto antes mejor, todos comprendamos el valor de aprender a hacer el sexo realmente bien, y que ese aprendizaje es eminentemente práctico. Lo peor que le puede pasar a una buena enseñanza sobre sexo, es terminar almacenada en un disco duro, dentro de una de esas carpetas confusas y bizantinas llamadas «Sexualidad» —o algo por el estilo—, donde lo mejor del conocimiento sexual termina mezclado con la hojarasca de ayer por la tarde. En tal destino, la buena enseñanza sexual se llenará de polvo digital, y primero será consumida por algún virus o bug antes que por la mirada anestesiada y el cerebro hipersaturado de información sexual de quien sólo la copió de un amigo o la descargó de la Red, pensando leerla durante un siempre aplazado momento idóneo. ¡Vaya gozo pospuesto innecesariamente para un mañana eterno!
Lo mejor es aprender a hacer bien el sexo ahora —o ahorita cuando más—, y no mañana o nunca. Para eso es el Amor Sexual: para que desde todos los puntos de vista, todos sin excepción podamos aprender a hacer buen sexo y hacernos sabios en el amor, no mañana sino hoy. ¡Vaya gozo para ahora mismo!
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