Las 4 técnicas que aquí explicaremos para que el hombre aprenda a tener orgasmos prostáticos, se basan en el sencillo método de presionar de distintas maneras. Pero los resultados de activar el llamado Punto G masculino (la próstata), son siempre extraordinarios, y traen muchos beneficios.
Beneficios de tener orgasmos prostáticos
– Alcanzas un montón de orgasmos de los más deliciosos, profundos e intensos que un hombre puede tener.
– Aumentas tu capacidad sexual (entendida aquí como capacidad de hacer el amor bien a la mujer: hacerla sentir mucho placer, traerla a orgasmos múltiples, y llevarla a sentir el amor que ella tanto anhela).
– Ayudas al despertar de tu conciencia, ya sea en términos de creatividad, inteligencia, sabiduría, o ya sea en términos de comprensión de la vida y de la verdad.
Realmente es asombroso lo que puedes lograr orgásmicamente si aprendes a presionar en el lugar exacto de tu cuerpo. Pero éstas no son sólo palabras bonitas. En cuanto leas bien todo lo que te explicaremos, pon manos a la obra y compruébalo todo en la práctica por ti mismo. No te lo decimos porque lo hayamos leído: todo lo que te contamos es pura experiencia.
Si eres de los que prefieren entrar en la práctica antes que en la teoría, puedes saltar desde aquí directamente al último acápite, titulado «Las 4 técnicas básicas para tener orgasmos prostáticos». No obstante, nuestra recomendación es que continúes leyendo desde aquí hasta el final ―o que al menos leas las explicaciones luego de haber leído la práctica.
Disfrutar el camino sin precipitarse hacia los resultados, también forma parte de aprender a controlar la eyaculación y alcanzar orgasmos sin eyaculación. Incluso debemos decir que éste es un ejercicio avanzado del control de la eyaculación, así que nosotros recomendamos no empezar directamente por él, sino mejor comenzar por ejercicios más simples.
Una técnica sexual china muy antigua
Uno de los recursos más frecuentes de la medicina tradicional china es presionar en ciertas partes del cuerpo, para lograr ciertos objetivos —tanto la acupuntura como la digitopuntura se basan en esto.
La presión sobre partes del cuerpo también se extiende a la sexualidad: en materia de sexo, si presionamos adecuadamente sobre determinados órganos sexuales, el placer se intensifica, los orgasmos se profundizan y se llenan de poder, y los genitales y el corazón se unen para dar lugar a auténticos sentimientos sexuales, o sea, a estados de conciencia de amor o de iluminación.
Tomando en cuenta que se supone que la medicina tradicional china fue fundada hace milenios por el legendario Huangdi —quien también fundara la sexualidad taoísta, y tenía tal control sobre su eyaculación que podía hacer el sexo con muchas mujeres a la vez sin dejar ir una gota de semen—, no es raro que las técnicas taoístas de control de la eyaculación hayan alcanzado tanta perfección como las técnicas tántricas para la conservación del semen durante el más apasionado acto sexual.
Es sorprendente el hecho de que los hombres taoístas han estado controlando la eyaculación desde hace aproximadamente 5 milenios —casi 3 milenios a.n.e. En los libros del Emperador Amarillo se explica con detalle la importancia que para el buen sexo y la buena salud tiene el control de la eyaculación, así como se describen técnicas concretas para lograrlo.
La importancia de aprender a presionar bien sobre la próstata
La sexualidad taoísta tiene como una de sus principales técnicas la llamada «presión digital sobre el punto del Millón de Dólares». Con un nombre tan peculiar denomina a esta técnica Mantak Chia —el maestro taoísta que trajo estas enseñanzas al mundo occidental contemporáneo. Otros maestros taoístas, por ejemplo Chian Zettnersan, denomina a esta misma técnica según los términos de la acupuntura: presión sobre el punto Jen-Mo.
Cuando logras presionar —mediante la técnica que sea— sobre el punto Jen-Mo o punto del Millón de Dólares, en realidad estás haciendo presión sobre la próstata: eso es lo fundamental de la técnica. Presionar la próstata es un ejercicio que no sólo aporta salud a esta glándula tan importante, sino que provoca orgasmos masculinos tan intensos como sismos.
La principal manera de presionar este punto y alcanzar orgasmos prostáticos, es con los dedos a través del perineo. Pero a esta técnica de la presión dactilar hay que sumarle tres vías más de presionar sobre la próstata, que los maestros taoístas y tántricos también recomiendan de un modo u otro; pues, como ha dicho el propio Mantak Chia:
«Los orgasmos parten de la próstata, por lo que aprender a presionarla con los músculos pélvicos es esencial. Además de tener más y mejores orgasmos, por medio de estos ejercicios impedirás el endurecimiento y la dilatación de la glándula prostática, lo que te ayudará a evitar o a sanar los problemas de próstata» (El hombre multiorgásmico).
Para el hombre, un buen masaje de próstata o una buena presión sobre ella, equivalen a la estimulación del Punto G para la mujer. Es decir, masajear la próstata es activar el llamado Punto G masculino, y eso sin dudas da una potencia extraordinaria a los orgasmos, que de ese punto en adelante —y si el hombre ha aprendido a tener este tipo de orgasmos— serán orgasmos prostáticos, y por ende, orgasmos múltiples masculinos, amén de orgasmos ascendentes.
Y algo muy conveniente —y que también es semejante al modo de funcionar del Punto G femenino—, es que la próstata, una vez que está activada, tarda en desactivarse, y mientras tanto puede mantener al hombre en la cúspide del placer orgásmico. Te aseguramos que por esta vía ―si realizas bien las técnicas― alcanzarás por fin todo el placer que siempre has soñado.
¿Hasta cuántos orgasmos puedes tener?
La cantidad de orgasmos que un hombre puede tener depende de su capacidad de control de la eyaculación. Por supuesto, si el hombre no ha aprendido a controlar la eyaculación, la proporción será de 1 = 1, es decir: 1 orgasmo = 1 eyaculación. El punto de giro de esta fórmula ocurre cuando el hombre aprende a controlar la eyaculación. Entonces ya podrá tener orgasmos sin eyacular, lo cual es sinónimo de volverse multiorgásmico.
Y cuando ya has aprendido a controlar tu eyaculación, ¿hasta cuántos orgasmos puedes tener? Eso depende de tu estado de ánimo, de tu salud, de tu nivel nutricional, de la calidad real de lo que comes, de tu deseo del momento, del tiempo que lleves sin eyacular, de tus intereses en la vida o en el día, de la capacidad de control eyaculatorio que hayas desarrollado con los ejercicios…
En cualquier caso lo grandioso es que ésta es una decisión que queda por tu cuenta. A veces con 3 ó 4 orgasmos te será suficiente, a veces podrán ser más de 10, cierto día querrás pasar de 20 ó 30. No creas que con estas cifras estamos exagerando, porque cierto día extraordinario podrías llegar a 50 ―aunque no necesariamente en una sola tanda. Y no orgasmos superficiales o cortos, sino orgasmos que te sacuden hasta los cimientos.
Ten todos los que quieras, y aprende a conservar el semen el mayor tiempo posible. Un día quizás llegues a descubrir que no necesitas tantos orgasmos para estar satisfecho, o quizás ―y esto es sumamente importante― llegues a descubrir por ti mismo que en realidad te interesa más la satisfacción de tu pareja que la tuya.
Las 4 técnicas básicas para tener orgasmos prostáticos
Debemos decir que, para mantener bajo control la eyaculación al aplicar las 4 técnicas siguientes, es importante, casi imprescindible, combinarlas con las técnicas de contracción de esfínteres que hemos orientado. Aclarado esto, veamos ya las técnicas.
Sistematizando las técnicas básicas para activar la próstata y alcanzar orgasmos prostáticos, digamos que son estas cuatro:
1) Comprimir los muslos
Para poner en práctica esta primera técnica, cruza muy bien una pantorrilla sobre la otra, e incluso un muslo sobre el otro —ya descubrirás tú mismo si te conviene más cruzar el izquierdo sobre el derecho o al revés—, y entonces comprime los muslos contra tu perineo. Esta técnica es útil para ponerla en práctica especialmente durante el orgasmo —con el propósito de potenciarlo enormemente—, o mejor puedes empezar la compresión desde antes del orgasmo, quizá ya cuando el placer ha crecido un poco y la erección se ha afirmado —aunque pronto descubrirás que para tener intensísimos orgasmos prostáticos ni siquiera es necesario que el pene esté erecto. Se pueden comprimir los muslos estando de pie o acostado, pero ayuda mucho estar sentado, gracias a la presión de todo el tronco sobre el suelo pélvico —el llamado músculo PC. Una manera de potenciar la estimulación prostática mediante la técnica de comprimir los muslos, es también comprimir las nalgas una contra la otra. Para apoyar esto, si las nalgas no están sudadas, puedes humedecértelas ―esto ayuda a afirmarlas bien sobre la superficie y a comprimirlas una con la otra.
2) Presionar el perineo con los dedos
Ésta es la técnica clásica, aunque no necesariamente tiene que ser ésta la que prefieras: descubre tú mismo en la práctica cuál prefieres. El perineo es el espacio de piel peculiar que se encuentra entre los testículos y el ano. Para poner en práctica esta segunda técnica, presiona firmemente con los tres dedos —índice-medio-anular pegados, para lograr mayor fuerza— no en el centro perineal entre los testículos y el ano, sino ligeramente un poco más cerca del ano. Como dijimos, existe una técnica de control de la eyaculación que se basa en presionar un punto de acupuntura que hay en esta zona —el punto que Zettnersan llama Jen-Mo, y que Chia llama punto “del Millón de Dólares”, según la traducción al español de un antiguo término de la tradición sexual china. Si presionas en el punto adecuado en el momento del orgasmo, éste ocurre sin eyaculación: o bien el semen no se mueve de sus glándulas, o bien se eyacula hacia el interior del cuerpo —inyaculación ≠ eyaculación; in ‘hacia adentro’ ≠ e (ex) ‘hacia afuera’. “Inyacular” en vez de eyacular, te permitirá seguir teniendo muchos orgasmos más, a intervalos o uno seguido del otro. Probablemente —esto también depende del organismo y del momento—, cada orgasmo será más potente que el anterior.
3) Presionar el perineo con el talón
Para poner en práctica esta tercera técnica, sería conveniente que el hombre aprendiera al menos un par de asanas de Yoga —de modo que, tal como se hace en el Tantra, él combine el Hatha Yoga y el Tantra-Yoga, es decir, el uso de las posturas corporales con fines prácticos, en este caso propósitos sexuales. Las asanas a aprender serían la padmāsana (postura del loto) y la ardhapadmāsana (postura del semiloto). Pero no es imprescindible aprenderlas. Por lo pronto lo principal es que, desde una de las posiciones sexuales en que el hombre está sentado, él recoja al menos una de sus piernas debajo del cuerpo, y coloque el talón justo sobre su perineo, haciendo presión sobre la próstata ―más bien será el perineo quien haga presión sobre el talón a sentarse. Esta gran estimulación talonaria, ayudada por la postura vertical del tronco, no sólo genera orgasmos prostáticos, sino que lanza la energía orgásmica hacia arriba, lo cual es conveniente por muchos motivos. Por supuesto, no hablamos de experiencias imaginarias, sino muy reales. La subida súbita del placer orgásmico hasta la cabeza y más allá, es una experiencia real.
4) Presionar la próstata por vía rectal
Para la tercera variante de presionar sobre la glándula prostática con el objetivo de potenciar el orgasmo, necesitas no tener prejuicios sexuales sobre tu masculinidad. Pues consiste en que tú o tu pareja introduzcan un dedo en tu ano, y localicen la próstata a través de la pared anterior del ano —la que da hacia el frente. Para esto, ten en cuenta que la región anal es una zona erógena masculina igual que otra cualquiera para los hombres heterosexuales. Un buen masaje de próstata por vía rectal es no sólo una terapia sana y profiláctica para esta glándula, sino que además estimula y aumenta la capacidad sexual y la erección, activa el llamado Punto G masculino, y potencia y profundiza los orgasmos de una manera realmente extraordinaria. Los prejuicios sexuales no deberían privar al hombre de tales ganancias.
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