Es cierto que sólo se cela lo que se ama. Pero también es cierto que solamente celar no conduce al amor. El camino para superar un sentimiento tan habitual como los celos, es que la pareja aprenda a hacer bien el amor. Todo apego tiene como raíz el apego sexual, es decir, la necesidad insatisfecha de realizar, mediante la sensación sexual, un estado de plenitud y bienestar que podemos llamar amor. Cuando esta satisfacción no ha ocurrido, sientes el impulso de conservar a toda costa a la persona con la que podrías obtenerla. Éste es el origen de los celos.

A lo que te apegas no es a una persona, sino a la posibilidad de encontrar el paraíso con ella. Hacer bien el amor transforma los celos en amor, porque convierte el paraíso en realidad y cesa la necesidad de ir a buscarlo a otro sitio. Está bien que quieras cuidar a tu pareja; pero no debes solamente celar o ser celado. Deben intentar hacer algo efectivo para realizar esa unión plena. Para que cesen los celos, lo primero que hay que lograr es que el sexo sea realmente bueno y genere felicidad.

Si celas o has celado, no temas ni sientas culpa, porque como puedes ver, no hay ningún pecado real en celar: celas por amor. Siempre se cela por amor. Mientras más intensos sean los celos, más cerca has sentido el amor, más cerca has estado de alcanzarlo —aunque, si celas, eso significa que aún no has logrado entrar en el paraíso del amor. Cuando entres en ese paraíso, ciertamente vivirás el amor como libertad, incluso libertad para el ser que amas. No es algo que debas imaginarte: lo vivirás así de hecho. Te sentirás liberarte de tus celos, y sentirás paz.

Cualquier sentimiento de apego mutuo, posesividad o celos, nace de la demanda del amor que la pareja aún no se ha dado: te aferras a tu pareja o posible pareja y defiendes tu territorio a su alrededor, para que no se cierre la posibilidad de encontrar juntos el amor. El amor es un paraíso demasiado bueno como para dejarlo ir sin conocerlo, y por eso tratas de mantener alejada cualquier posibilidad de que tu pareja busque el amor en otro sitio.