El discreto encanto de eyacular y tener un momento de paz
Nadie duda que la eyaculación masculina aporta al hombre un rato de paz. Luego de eyacular, él por un momento vuelve a ser como un niño, sin experimentar la carga física, hormonal, emocional y psicológica de ser un varón adulto. En ese momento él no tiene tensiones internas. Sólo paz. La mayoría de las veces se duerme profundamente. En el mejor de los casos, si él tuvo la delicadeza de darle placer a la mujer (¡o hasta un orgasmo!) [...]