Los métodos anticonceptivos naturales son altamente eficaces, siempre que sean conscientemente puestos en práctica. Bien llevados, resultan casi infalibles, pero si no se presta atención, no son muy eficaces. El peso de la responsabilidad para su eficacia no reposa en un agente externo (por ejemplo, el doctor o el asesor de planificación familiar) sino en quien usa el método. Pero son absolutamente saludables, no tienen efectos secundarios porque (a diferencia de los anticonceptivos artificiales) no alteran los procesos hormonales, ni ponen barreras entre los genitales, ni requieren de implantación de cuerpos extraños en el útero, porque se basan únicamente en tomar en cuenta los cambios que evidencia el propio cuerpo según sus ritmos y ciclos naturales. Gracias a esto, además de facilitar la anticoncepción, estimulan la atención sobre el cuerpo, lo cual es una fuente de conocimiento para perfeccionar el acto sexual y la calidad de vida.
Los métodos anticonceptivos naturales casi siempre reciben un tratamiento de poca importancia dentro de los catálogos de métodos anticonceptivos, de modo que no pocas veces se tratan en un último apartado, de paso, en breve, y muchas veces con la etiqueta de “no recomendados” o “poco recomendados”, debido a que su eficacia no depende de una mecánica involuntaria o de una fórmula bioquímica que funcione sin la participación consciente de los implicados.
Casi todos los estudiosos del tema coinciden en que los métodos anticonceptivos naturales resultan altamente eficaces, siempre que sean conscientemente puestos en práctica. O sea que, en estos casos, el peso de la responsabilidad para la eficacia del método no reposa en un agente externo sino en quien usa el método.
Aunque por lo general las literaturas especializadas suelen dar poco valor a los métodos anticonceptivos naturales —a veces llegan a negarlos—, nosotros sí los recomendamos. De hecho, recomendamos encarecidamente que toda pareja estable que no tenga riesgos de contraer ITS, use los métodos anticonceptivos naturales. Bien utilizados, seguidos a conciencia, atentos al funcionamiento natural de los órganos sexuales —cosa que es sumamente beneficiosa para el tipo de acto sexual que proponemos en este sitio—, los métodos anticonceptivos naturales son completamente eficaces, tanto como el mejor de los métodos anticonceptivos artificiales al uso. De hecho, podemos decir que algunos de estos métodos naturales tienen una eficacia absoluta, comprobada en la práctica, además de que en absoluto tienen efectos secundarios ni necesitan de alteraciones hormonales ni intervenciones quirúrgicas, y en rigor, ni siquiera necesitan barreras intergenitales de ningún tipo.
Para lograr el control de la natalidad, no tiene ningún sentido someter el acto sexual a barreras físicas, o a la mujer a introducirse cuerpos extraños dentro del útero, o a la profunda alteración del metabolismo normal que implica inhibir la ovulación —así funcionan las píldoras—, o a cualquiera de los dos amantes a intervenciones quirúrgicas de diversa índole, si en verdad la posibilidad de embarazo sólo es efectiva durante 3 a 5 días —ya contando días de más, pues el tiempo real de vida del óvulo femenino es de aproximadamente 2 días; luego muere de forma natural. El resto del tiempo, alrededor de 25 días al mes, el uso de métodos de anticoncepción no tiene ningún sentido para quienes tienen pareja estable y no necesitan protegerse de infecciones de transmisión sexual.
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