Hoy traemos un consejo bien práctico para el acto sexual, en el sentido del control de la eyaculación. Digamos desde ya cuál es el consejo, para luego entrar en algunos detalles. El consejo es éste: siempre que el hombre mediante su pene detecte que la vagina está tensa durante el acto sexual, lo mejor es que él la abra, la expanda en todas direcciones usando el pene como un instrumento de masaje. Sólo después de abrir la vagina y liberarla de tensiones, es que el acto sexual puede continuar sin contratiempos, sin insensibilidades genitales, y sobre todo sin eyaculación antes de tiempo. Éste es un secreto que hay que tener muy en cuenta. Ahora pasemos a los detalles.

Es necesario saber que las tensiones de la vagina tienen mucho que ver con el descontrol eyaculatorio del hombre, es decir, con la eyaculación prematura ―un problema que padecen prácticamente todos los hombres. Pareciera que ―según el prejuicio de que «es mejor hacerle el sexo a una vagina estrecha», que es el homólogo del prejuicio de que es mejor un pene grande―, pareciera que una vagina tensa es lo más parecido a una vagina estrecha, que supuestamente provoca más placer y permite un mejor acto sexual. Esto, por supuesto, no es más que un prejuicio arraigado. Lo cierto es que una vagina tensa ―y tensas suelen estar todas las vaginas― complace egoicamente sólo al hombre, y sólo durante un instante, hasta que él eyacula sin control y se desinteresa por completo del placer y del amor de la mujer.

Todos esos fracasos sexuales hay que evitarlos, porque como hemos dicho: en la insatisfacción sexual de la mujer se cocinan todos los males, todos los problemas de pareja. Por eso es que el hombre debe abrir la vagina siempre que la sienta contraída en exceso. Esta apertura de la vagina con el pene promueve un acto sexual más profundo y satisfactorio, permite al hombre un mayor control de la eyaculación, y genera poderosos orgasmos múltiples en la mujer.

Pareja besándose con pasión al atardecer a la orilla de la playa, ella en bikini.

Pareja besándose con pasión al atardecer a la orilla de la playa, ella en bikini.

Eliminar las tensiones de dentro de la vagina es un acto que devuelve al hombre el poder de decisión y control sobre su sexualidad ―algo que hoy él no tiene aunque pretenda aparentarlo. Así el desarrolla la capacidad de mantenerse dándole a la mujer todo el deleite orgásmico que ella siempre desea, durante todo el tiempo que ella desee. Esto es sinónimo de masculinidad. Y el hombre también desarrollará el poder para decidir conscientemente si él mismo llega al orgasmo ―eyaculatorio o no― únicamente cuando la mujer haya acabado toda, o decidir si esta vez él no llegará al orgasmo o la eyaculación ni siquiera al final del acto sexual.

Si en casos como estos ―de movimientos de apertura de la vagina con el pene― la mujer no llega a orgasmos, y si el acto sexual termina sin que haya habido orgasmos ―es decir, la vagina se relaja y se serena y el pene pierde la erección sin haber tenido orgasmos y sin haber eyaculado―, pues eso no importa en lo absoluto. Pueden dejar los orgasmos para más adelante. Sencillamente esto es lo que se necesitaba ahora: relajación, sensibilidad, un masaje realizado sobre la marcha del acto sexual.

(Para más detalles, ver el Masaje Genital.)