“Aunque nuestra cultura denigra
la sexualidad entre personas mayores,
los taoístas pensaban que las personas
debían seguir haciendo el amor
hasta el día de su muerte”.
MANTAK CHIA
En más de un libro, erótico o no, hemos hallado relatos que describen a mujeres mayores cuyo apetito sexual no sólo no había menguado con la edad, sino que además había aumentado producto del poco acto sexual a lo largo de su vida, y en ocasiones, a la larga el deseo se había enriquecido con técnicas para acrecentar el placer.
Por motivos de no muy difícil comprensión —que se pueden resumir en esto: fundamentalismo religioso contra la mujer y el sexo—, estas mujeres mayores y sexuales, habitantes de territorios cristianizados y musulmanes, son descritas como personas abyectas cuya destreza para la seducción era enorme, y cuya hambre sexual no conocía fondo. Aquí van varios ejemplos, cada uno en un artículo aparte:
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