En el segundo consejo de Los 10 consejos prácticos para hacer el amor, hemos recomendado a los amantes que hagan el amor en el fondo de la vagina. El Punto G —a pesar de su celebridad y su importancia en la sexualidad femenina— no es todo lo que la pareja debe alcanzar: queda más placer por hallar hacia el fondo de la vagina. El fondo de la vagina —donde está localizado el cuello del útero o cérvix— no es solamente para parir: el fondo de la vagina —le llamemos Punto K o comoquiera que le llamemos— es el sitio idóneo donde el placer sexual puede crecer tanto, que se convierte en amor.
El glande del pene coincide en posición con el cuello del útero no sólo para descargar esperma y fecundar el óvulo. El glande es el compañero ideal del fondo de la vagina durante un viaje de sexo realmente poderoso. Ésta es su principal función, pues la procreación es una función que se cumple muy pocas veces, y sólo durante la etapa fértil de la vida.
La vagina no es nada más que un órgano para parir: esto parece obvio pero no lo es tanto. Y todavía menos obvio es el hecho real de que la vagina es sobre todo un órgano para amar —y sólo en muy contadas ocasiones es para parir. La vagina es un órgano de una belleza sin igual. Toda la vagina, principalmente en su fondo, es un órgano para el amor. Decir que la vagina es sólo una parte del “aparato reproductor” es un error de perspectiva: es casi decir que es sobre todo para la reproducción, y que lo demás es más o menos accesorio. Y un error de perspectiva en la manera de apreciar los genitales puede llevar a hacer el sexo desde una perspectiva más o menos equivocada.
Se ha dicho que la región del fondo de la vagina no participa en el acto sexual si no va ha haber reproducción. Pero eso es otro error. El fondo de la vagina no sólo debiera participar en el acto sexual, sino que además es el lugar más adecuado para hacer el amor. Pero al fondo se debe llegar paulatinamente, luego de hacer el viaje por las demás zonas de la vagina. Un acto sexual corto y enfocado en la eyaculación del hombre, nunca será suficiente para despertar el intenso amor del fondo de la vagina.
Cuando gracias a las delicadas lamidas amorosas del glande del pene que ha aprendido a amar sin eyacular, el cérvix y el útero despiertan su erotismo y participan en el sexo, el placer sexual es tan intenso, tan profundo, que es más que eso: se abre para los amantes una dimensión en que el gozo sexual es un estado de conciencia que incluye lo físico, lo emocional y lo espiritual.
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