La moda y el sexo

DETALLES

Hace unos 50 ó 60 años “se usaba” ser más bien rellenitos —especialmente la mujer (como Marilyn Monroe o Sophia Loren, por ejemplo)—, tanto como hoy “se usa” ser raquíticos —y otra vez, especialmente la mujer (como muchas de las actuales topmodels de Victoria’s Secret). Esta construcción verbal de que algo “se usa” es lo que en gramática se llama “verbo impersonal”, según el cual el sujeto de la acción no queda bien definido o no existe; pero este sujeto de la frase “se usa” es impersonal sólo en apariencia. La persona que se esconde detrás del verbo “se usa” es el Mercado, y la enorme y galáctica cantidad de dinero que al año dedica a la publicidad y la “creación” en los consumistas, de la necesidad de lo que les venden. Son las corporaciones de la moda y los mass media quienes imponen esos aparentes caprichos de que, a solo 50 ó 60 años de una moda aparentemente absoluta, se imponga la contraria, también de un modo absoluto, o sea, de un modo en que parece realidad objetiva y no el manejo billonario de la realidad «objetiva» del mundo.

Y lo que es más, a estas corporaciones, y especialmente a las transnacionales de los alimentos y la farmacéutica, no les importa en lo absoluto el hecho de que, gracias en gran medida a ellos mismos, las enfermedades más graves que azotan a la humanidad hayan crecido tanto que parezcan epidemias.

El control mental de las corporaciones sobre los consumistas —hombres y mujeres— a través de los medios de difusión ha alcanzado una exageración tal, que si mañana un diseñador lanza la moda de que caminemos de nuevo cuadrúpedamente —con el secreto objetivo de que compremos 2 pares de zapatos en vez de 1—, primero nos asombraremos, seguro, pero poco a poco todos lo asimilaremos como algo normal, e incluso bello y elegante, y comenzaremos a asistir a clases de cómo caminar recto en esa posición cuadrúpeda, y hasta nos inventaremos tiránicas jerarquías en base a quién tiene los bíceps más parecidos a los cuádriceps —y otras sandeces por el estilo.

¿Cómo es posible un absurdo tal? Es posible gracias a que la publicidad se basa en la manipulación del deseo sexual de las personas, por lo que el consumismo —el impulso desmedido a comprar cosas, casi siempre innecesarias en realidad— se vuelve irresistible, se asocia al paraíso del orgasmo. Modernos estudios han demostrado que en muchos casos el cerebro de un consumista experimenta el acto de comprar como un acto parecido a hacer el sexo —y, por supuesto, el nivel de la vida sexual real de un consumista decrece a medida que se entrega a servir como batería al Mercado (o más bien a quienes se enriquecen a costa de su confusa ilusión).

Este ebook forma parte de uno mayor —que aparece al inicio de la siguiente lista—, y a continuación del cual ponemos otros que se relacionan con este tema y que pueden interesarte:

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– Propaganda sexual Ultra HD